Page 132 - El Necronomicon
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¡IA! ¡IA ZIXUL! ¡IA ZIXUL!
       ¡IA KINGU! ¡IA AZBUL! ¡IA AZABUA! ¡IA XAZTUR! ¡IA
          HUBBUR!
       ¡IA! ¡IA! ¡IA!
       ¡BAXABAXAXAXAXABAXAXAXAXA!
       ¡KAKHTAKHTAMON IAS!



                   II  LAS ABOMINACIONES

          Los terribles vástagos de los Antiguos pueden ser invocados
       por el sacerdote. A estos vástagos se los puede llamar y pedir
       que hagan las tareas que el sacerdote considere necesarias en
       su templo. Nacieron antes de todas las eras y moraron en la san-
       gre de KINGU, y MARDUK no fue capaz de aislarlos por comple-
       to.  Y moran en nuestro país, junto con nuestras  generaciones,
       aunque nadie los puede ver. Esto lo enseñaron los sacerdotes de
       Babilonia, quienes ordenaron que estas fórmulas  nunca  fueran
       reveladas a nadie que no estuviera iniciado en nuestras formas,
       porque hacerlo representaría un pavoroso error.
          Aunque viven más allá del Pórtico, se los puede invocar cuan-
       do MARDUK está distraído y duerme, en esos días en que no tie-
       ne poder, cuando el Gran Oso pende de su rabo, y en los cuatro
       trimestres del año que se computan desde entonces, y en los es-
       pacios entre estos Ángulos. En esos días, la Madre TIAMAT se
       encuentra inquieta, el cadáver KUTULU se sacude bajo la Tierra,
       y nuestro Señor ENKI está temeroso.
          Preparad, entonces, el cuenco de TIAMAT, el DUR de INDUR,
       el Cuenco Perdido, el Cuenco Destrozado de los Sabios,  invo-
       cando a los FIRIK de GID y a la Llama SHAKUGUKU, la reina del
       Caldero. Recitad el Conjuro IA ADU EN I sobre él, y encended el
       Fuego en su interior, diciendo GBL cuando debáis, según Su
       manera y forma.
          Cuando el Fuego esté encendido y conjurado, podréis alzar
       vuestra  Daga, invocando la ayuda de NINKHARSAG, Reina de


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