Page 59 - El Necronomicon
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Mágico, la Palabra Mágica, la Forma Mágica. Por lo tanto, el Sa-
cerdote que gobierne los trabajos de Fuego, y del Dios del Fue-
go, GISHBAR, llamado GIBIL, primero ha de rociarse con el Agua
de los Mares de ENKI, en prueba de su Dominio y como señal de
la Alianza que existe entre él y vosotros.
Tercero, sabed que por el Poder de los Dioses Mayores y la
sumisión de los Antiguos, podréis procuraros todo tipo de honor,
dignidad, riqueza y felicidad, pero deberéis alejarlos de vosotros
como Proveedores de Muerte, ya que la más radiante de las jo-
yas se encuentra enterrada en las profundidades de la Tierra, y la
Tumba del Hombre es el Esplendor de ERESHKIGAL, el júbilo de
KUTULU, el alimento de AZAG-THOTH.
Por lo tanto, vuestra obligación es como la del Guardián del
Pórtico Interior, agente de MARDUK, sirviente de ENKI, porque
los Dioses son desmemoriados, y se encuentran muy lejos, y fue
a los Sacerdotes de la Llama que la Alianza fue entregada para
sellar los Pórticos entre este Mundo y el Otro, y para mantener la
vigilia desde entonces, a través de esta Noche del Tiempo, y el
Círculo de Magia es la Barrera, el Templo y el Pórtico entre los
Mundos.
Cuarto, sabed que se ha convertido en la obligación de los
Sacerdotes de la Llama y la Espada, y de toda la Magia, traer su
Poder al Mundo Subterráneo y mantenerlo encadenado, ya que
el Mundo Subterráneo es el Pórtico Olvidado, por el cual los Anti-
guos siempre buscan entrada a la Tierra de los Vivos. Y los Mi-
nistros de ABSU caminan sobre la Tierra, cabalgan el Aire y la
Tierra, y navegan en silencio a través del Agua, y rugen entre el
Fuego, y todos esos Espíritus han de ser sometidos a la Persona
del Sacerdote de la Magia antes que a ningún otro. De lo contra-
rio, el Sacerdote se convertiría en presa para el Ojo de la Muerte
de los Siete ANNUNNAKI, Señores del Mundo Subterráneo, Mi-
nistros de la Reina del Infierno.
Quinto, sabed que los adoradores de TIAMAT se hallan por
todo el mundo y se opondrán al Mago. Ay, han adorado a la Ser-
piente desde Tiempos Antiguos y siempre han estado entre noso-
tros. Se los reconocerá por su aparente forma humana, que tiene
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