Page 133 - Libros de Caballerías 1879
P. 133

:  :

      »>                      rri               rí
     <i                                           f>
                       ^HSS Í
            LA MUERTE DEL ENDRIAGO
     os digo —dijo el maestro Elisabat— . Esto es lo que
     yo sé desta mala y endiablada bestia.
       El Caballero de la Verde Espada dijo
       —Maestro, grandes cosas me habéis dicho, e mu-
     cho sofre Dios nuestro Señor a aquellos que le de-
     sirven; pero, al fin,  si se no enmiendan, dales pena
     tan crecida como ha sido su maldad; e agora  os
     ruego, maestro, que digáis de mañana misa, porque
     yo quiero ver a esta insola, e  si El me aderezare,
     tornarla a su santo servicio.
       Aquella noche pasaron con gran espanto,  así de
     la mar, que muy brava era, como del miedo que del
     Endriago tenían, pensando que saldría a ellos de un
     castillo que allí cerca tenía, donde muchas veces al-
     bergaba; y  el alba del día venida,  el maestro cantó
     misa, y el Caballero de la Verde Espada la oyó con
     mucha  homildad, rogando a  Dios  le ayudase en
     aquel peligro que por su servicio se quería poner;
     e  si su voluntad era que su muerte  allí fuese ve-
     nida, El por la su piedad le hobiese merced al alma.
     E luego se armó e fizo sacar su caballo en tierra,
     e Gandalín con él, e dijo a los de la nao
       — .Amigos, yo buscaré esta bestia por estas mon-
     tañas, e si della escapo, tocará la bocina Gandalín
                                                  y
     tornarme he a vosotros ; e si no, haced lo que mejor
     vierdes.
       Cuando esto oyeron  ellos, fueron muy espanta-
     dos, más que de ante eran; porque aun allí dentro
     en la mar todos sus ánimos no bastaban para sofrir
                            129
   128   129   130   131   132   133   134   135   136   137   138