Page 178 - mago de oz
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mañana... todos ellos menos el Espantapájaros  y
            el Leñador.


            La  mañana  siguiente  amaneció  nublado,  pero

            partieron  de  todos  modos,  como  si  estuvieran
            seguros de su derrotero.


            —Si  caminamos  lo  suficiente,  alguna  vez

            llegaremos a alguna parte —dijo Dorothy.


            Pero  pasaron  los  días  sin  que  vieran  ante  ellos
            otra  cosa que  los  campos  cubiertos  de  flores.  El

            Espantapájaros empezó a refunfuñar.


            —Es seguro que nos hemos extraviado —dijo—,
            y a  menos  que  encontremos  el  rumbo  a  tiempo

            para  llegar  a  la  Ciudad  Esmeralda,  jamás
            conseguiré mi cerebro.


            —Ni  yo  mi  corazón  —declaró  el  Leñador—.

            Estoy  impaciente  por  ver  de  nuevo  a  Oz, y  la
            verdad  es  que  este  viaje  se  está  haciendo  muy

            largo.







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