Page 236 - mago de oz
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—Si él hubiera  tomado  la misma  dosis de valor
            que  me  dio  a  mí  —terció  el  León—, habría sido

            un hombre muy valiente.


            Dorothy  no dijo nada. Oz no había cumplido  la
            promesa  que  le  hiciera,  aunque  hizo  todo  lo

            posible,  de  modo  que  lo  perdonaba.  Como  él
            mismo  decía,  era  un  buen  hombre,  aunque  de

            mago no tuviera nada.


            El  primer  día  de  viaje  los  llevó  a  través  de  los
            verdes  campos  salpicados  de  flores  que  se

            extendían  alrededor  de  la  Ciudad  Esmeralda.
            Aquella  noche  durmieron  sobre  la  hierba,  sin

            otra  manta  que  las  estrellas  que  brillaban  en  el
            cielo; sin embargo, descansaron muy bien.


            En la mañana continuaron  andando hasta llegar

            a  un  espeso  bosque  al  que  parecía  imposible
            rodear,  pues  se  extendía  a  izquierda  y  derecha

            tan  lejos  como  alcanzaba  la vista. Además, no se
            atrevían a desviarse de la ruta directa por temor

            de extraviarse. De modo que empezaron a buscar





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