Page 247 - mago de oz
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Como quería verla un poco mejor, Dorothy echó
            a  correr  tras  ella.  Pero  la  jovencita de porcelana

            se puso a gritar:


            —¡No me persigas! ¡No me persigas!


            Su vocecilla denotaba tanto temor que Dorothy se
            detuvo y le preguntó:


            —¿Por qué no?


            —Porque   si corro podría   caerme   y hacerme

            pedazos   —respondió   la princesa, deteniéndose
            también, aunque a cierta distancia.


            —¿Pero no podrían remendarte?


            —Sí,  pero  una  nunca  queda  tan  bonita  como  es

            después que la componen.


            —Supongo que no —admitió Dorothy.


            —Ahí  tienes  al  señor  Bromista,  uno  de  nuestros
            payasos  —continuó  la  princesa  de  porcelana—.

            Siempre trata de pararse sobre su cabeza y se ha





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