Page 60 - mago de oz
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sigue viviendo con la vieja y esperando que yo
vaya a buscarla.
Mi cuerpo brillaba tanto al sol que me sentí
orgulloso de él, y ahora no importaba que se me
deslizara el hacha, porque ya no podía
cortarme. El único peligro era que se me
oxidaran las articulaciones. Pero en mi casita
tenía a mano una lata de aceite y siempre me
lubricaba cuando era necesario hacerlo. Sin
embargo, llegó un día en que me olvidé de este
detalle y me sorprendió una lluvia. Antes de
darme plena cuenta del peligro, mis
articulaciones se habían herrumbrado y quedé de
pie en el bosque hasta que llegaron ustedes a
ayudarme. Fue terrible mi sufrimiento, pero
durante el año que pasé allí tuve tiempo para
pensar que la pérdida más grande que había
soportado era la carencia de corazón. Mientras
estaba enamorado fui el hombre más feliz de la
tierra; pero el que no tiene corazón no puede
amar, y por eso decidí ir a pedir a Oz que me dé
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