Page 13 - DIC BORRADOR
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- Espera - Responde él, buscando retrasar lo que aquella extraña sensación

                  que tiene desde que la vió en su puerta le decia que sucederia.





                  - Daniel - Insiste ella, esta vez llevando su mano a la barbilla de él, forzandolo
                  con ternura a volver la cara. - Mirame - Murmura una vez más, y esta vez él la

                  mira, alli, próximos como hace mucho no estaban, se miran, sintiendo una

                  cercania peligrosa que lejos de incomodarles, los hacia querer acercarse más,
                  y ella lo haria, acerca sus labios a los de él y lo besa con una cálidez que ya le

                  era familiar a Daniel, una cálidez que sólo habia encontrado en los labios de
                  Victoria, pero no duraria mucho, aquella cálidez es solo el preámbulo hacia

                  algo que ambos desean con todo su ser. Es ella quien lleva las riendas del
                  momento, lo sabe y lo disfruta, su ego no podria estar más alto al ver como

                  aquel hombre se vuelve a derretir por ella una vez más, y asi lo sigue

                  besandolo, introduciendo la lengua a la mezcla, suavemente Daniel se hecha
                  hacia atrás y corresponde cada uno de los besos que ella le da. A los besos se

                  comienzan a sumar las caricias, asi como ella sabia como besarlo, él sabia


                  como acariciarla, no eran dos extraños buscando placer propio, eran dos

                  personas que tenian un pasado en común y que sabian exactamente que es lo
                  que le gustaba al otro, y ese sendero seguian, el de complacer al otro con la

                  confianza que el otro haria lo mismo.





                   Daniel la acaricia con suavidad, desliza primero sus dedos por sus brazos,

                  lleva otra mano a la nuca de Victoria y con cuidado la comienza a masajear, al
                  mismo tiempo la mano que acariciaba los brazos deciende a las piernas y

                  comienza a recorrer cada centímetro de piel expuesto en el minuto, los besos
                  no cesan y en el momento exacto Daniel da el paso para convertir esos besos

                  y caricias en algo más. Ella lo desea, y él la desea a ella, y asi su mano no

                  encuentra resistencia al incursionar bajo la falda de Victoria, acariciando con
                  cariño los muslos internos de ella, encontrado un tesoro húmedo que
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