Page 12 - Travesia al volcán El Altar revista
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Atravesando pueblos
Era un día con mucho sol, en el terminal Muy emocionado subió al auto bus pidiendo de favor al conductor que
Oriental tenía que abordar un bus que lo lle- le comunique cuando llegue a la hacienda Releche, respondiéndole
vara hacia un pueblo a las afueras llamado educadamente que no se preocupara que le iba a avisar, la hora y me-
Releche encontraría una hacienda con el dia de recorrido fue muy enriquecedor al conocer pueblos como Peni-
mismo nombre que es la entrada al sendero pe, paisajes y vías en buen estado que no podía imaginar en un lugar
hacia el Altar, el bus que pasaba por la ha- tan solitario. Bruscamente el conductor paró el autobus, salió de su
cienda tenía como destino final Candelaria, asiento y se acercó donde Mateo y dijo me olvidé de decirle que ya pa-
un pueblo que se encuentra después de Re- samos la hacienda Releche que le disculpara, el entendió, alzó su mo-
leche, el mismo que salía a las diez y quince chila y bajó del bus, el conductor le explicó que regrese por la vía un
de la mañana, eran las 9 con cincuenta mi- kilómetro más o menos y que iba a ver el letrero de la hacienda.
nutos, recordó que tiene problemas con el
frío y sabía que en cualquier momento le po-
día doler la garganta, encontró una farmacia,
le dieron pastillas para su garganta y otras
en más fuertes en caso que lo necesitara. A
las 10 de la mañana sintió hambre y el buen
olor de un restaurante llamó su atención, al
entrar conoció a su propietario don César
que vestía de blanco, de carácter muy sim-
pático, quien con una sonrisa y su acento
costeño le daba la bienvenida, luego de es-
cuchar detenidamente la carta decidió pedir
seco de pollo, que estaba delicioso acompa-
ñado de una cola, al terminar rápidamente
se percató que el bus ya estaba listo para
salir procediendo a despedirse de Don Cé-
sar que le deseó suerte.
Don César en su restaurante
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