Page 21 - Travesia al volcán El Altar revista
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Última noche




                                                                                         Eran las cuatro y media de la tarde y llegaban de nuevo al refu-
                                                                                         gio, se percataron que habían otras botas en la puerta, era un
                                                                                         grupo de amigos entre quiteños y riobambeños que habían lle-
                                                                                         gado al lugar, los saludaron, se acercó uno de ellos de nombre
                                                                                         David  les  contó  que  eran  andinistas,  era  su  segunda  vez  que
                                                                                         iban a la laguna, comentó que era el nevado más lindo del Ecua-
                                                                                         dor. Se cambiaron de ropa, el refugio no tiene luz entonces apro-
                                                                                         vecharon que tenían un poco de tiempo hasta que llegue la no-
                                                                                         che, prepararon la cena, fideos con verduras revuelto con atún,
                                                                                         arroz  y  té  que  les  abrigaba,  encendieron  una  vela  y  fueron  al
                                                                                         cuarto, se pusieron de acuerdo en levantarse a las 5 de la maña-
                                                                                         na para poder regresar a la hacienda hasta el mediodía que les
                                                                                         indicaron  que  pasaba  el  bus  a  Riobamba,  conversaron  hasta
                                                                                         que el sueño les ganó, se despertaron con la alarma, se alista-
                                                                                         ron, guardaron sus cosas para el regreso. David con sus amigos
                                                                                         se preparaban para ascender a la laguna y les contaron que en
                                                                                         la noche sintieron a gente caminar por afuera de las habitacio-
                                                                                         nes, que la puerta de la cocina se les cerró y les pusieron llave,
                                                                                         que cosas extrañas siempre pasan ahí, los chicos se asombra-
                                                                                         ron, por suerte no habían sentido nada fuera de lo normal.























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