Page 23 - Manual del Aprendiz - JMB
P. 23

Deberes Generales del Iniciado

                                                   Callar ante los Profanos.
                                                      Buscar la Verdad.
                                                      Querer la Justicia.
                                                    Amar a sus hermanos.
                                                     Someterse a la Ley.

                  Discreción Masónica.- Privarse de hablar, para limitarse a escuchar, es una excelente disciplina
                  intelectual cuando se desea aprender a pensar. Las ideas se maduran por la meditación silenciosa,
                  que  es  un  conversación  consigo  mismo.  Las  opiniones  razonadas  son  el  resultado  de  debates
                  íntimos que se empeñan en el secreto del pensamiento.


                  El  Secreto.- Un  masón  debe  abstenerse  de  divulgar  todo  aquello  que  pueda  perjudicar  a  la
                  Francmasonería o a sus miembros. Todos los miembros de la Orden están solidarizados por un
                  formal contrato de reciprocidad. Tienen obligaciones los unos para con los otros y para cumplirlas
                  es indispensable que se puedan distinguir de los profanos

                  La Tolerancia.- Es siempre presuntuoso convertirse en juez de una opinión, cualquiera que ella
                  sea.  Todas  las  maneras  de  ver  divergentes  son  igualmente  respetables  cuando  emanan  de
                  personas sinceras. Ellas expresan la verdad bajo los diferentes aspectos que puede tener en razón
                  de los múltiples puntos de vista de que es susceptible de ser considerada. Se encuentra, pues, una
                  parte de la verdad en todas las opiniones. Nadie está en el error absoluto y nadie, por otra parte,
                  puede enorgullecerse de poseer la verdad perfecta. Seamos, pues, indulgentes y no pidamos a los
                  demás que vean las cosas como nosotros mismos. Las inteligencias son débiles y no se aproximan
                  a la Verdad sino recorriendo una serie de etapas que es preciso alcanzar una a una.

                  Investigación de la Verdad.- La Francmasonería se distingue de las iglesias en que no pretende
                  absolutamente estar en posesión de la Verdad. Las enseñanzas masónicas no envuelven dogmas ni
                  credo de ninguna especie. Cada masón está llamado a construir por sí mismo el edificio de sus
                  propias convicciones. Con este propósito se ha iniciado en la práctica del Arte del Pensamiento.
                  Este arte se ejecuta en materiales que es preciso desbastar. En otros términos: se trata de eliminar
                  los errores que desfiguran la verdad, la verdad está en todas partes, pero oculta. Ella pide ser
                  extraída de todo lo que parece falso o  supersticioso. La superstición no es sino la petrificación, la
                  envoltura  o  el  cadáver  de  una    noción  verdadera  que  no  se  ha  sabido  alcanzar  ni  expresar
                  correctamente. No rechacemos, pues, nada “a priori”. Toda prevención, todo prejuicio, se opone a
                  nuestra imparcialidad de  juicio. Debe ser una inteligencia ampliamente abierta a todas las ideas
                  susceptibles de provocar una modificación en las convicciones presentes

                  Fraternidad entre los Iniciados.- La fuerza de una asociación reside esencialmente en la cohesión
                  de sus miembros. Mientras más unidos, más potentes son. En Masonería la unión no es el efecto
                  de  una  Disciplina  impuesta:  esa  unión  no  puede  nacer  sino  del  afecto  que  experimentan  los
                  iniciados entre sí. Es, por lo tanto, de la más alta importancia estrechar por todos los medios los
                  lazos que unen a los masones. Antes que nada es necesario verse, a fin de conocerse, apreciarse y
                  estimarse. Deben, pues, seguirse con la mayor asiduidad todas las reuniones masónicas. Hay que
                  tratar  de  merecer  la  simpatía  de  cada  uno  de  los  Hermanos  y,  por  otra  parte,  se  deberá  ser
                  indulgente con los defectos de los otros. El hombre es siempre imperfecto. No hay que detenerse
                  en las debilidades de los demás; apreciemos las cualidades de nuestros colaboradores y pasemos
                  la plana sobre imperfecciones de las piedras que debe unir indisolublemente el cemento de la más
                  franca amistad.

                  Respeto a la Ley.- Por sobre las leyes convencionales hay una Ley ideal, escrita en el corazón de los
                  hombres de bien. A esta Regla Soberana es a la que el Iniciado se somete sin reserva. En cuanto a
                  las  leyes  positivas,  por  imperfectas  que  sean,  no  son  menos  respetables.  Ellas  constituyen  el
                  elemento fhndamental de toda civilización, nos dan garantías contra las arbitrariedades, aseguran


                                                                                                        22
                  A:.M:. Javier Machain Bracho
                  Agosto/2017
   18   19   20   21   22   23   24   25   26   27   28