Page 12 - DiarioTiempo-31-07-23
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           EL CALOR QUE VIENE                                                                               que el agente destructor no es la temperatura sino el fuego).


                                                                                                              Hasta entonces, yo nunca había oído hablar de la tempe-
                                                                                                            ratura de bulbo térmico, una situación de extrema humedad
                     POR NOSOTROS                                                                           en la que 35 grados resultan insoportables para el cuerpo
                                                                                                            humano, por lo que no imaginaba lo cerca que estamos del
                                                                                                            precipicio.
                                                                                                              Otro libro recién publicado me confrontó con la dimensión
                                                                                                            de esta amenaza.
                                                                                                              El título apela justificadamente al sensacionalismo: The
        ¿Por qué no estamos preparándonos para el calor extremo por venir? Por un lado,                     heat will kill you first, de Jeff Goodell, combina reportajes
        están los negacionistas que no creen que haya nada de qué preocuparse y por el otro                 con capítulos de divulgación científica para comunicar lo
        están los activistas comprometidos con evitarlo                                                     vulnerables que somos ante los extremos de calor que el
                                                                                                            cambio climático ya está provocando.
                                                                                                              Al comienzo de la obra hay una lista de datos contunden-
        POR JORGE COMENSAL                                modesto adelanto de lo que nos espera.            tes, entre los que rescato uno muy relevante para América
                                                            ¿Se acuerdan cuando se discutía sobre el calentamiento   Latina: en la actualidad, alrededor de 30 millones de perso-
               stamos atravesando la temporada más calurosa   global causado por las emisiones de gases de efecto inver-  nas viven en zonas de calor extremo (cuya temperatura
               de la historia moderna. A lo largo de junio y julio,  nadero?                                anual promedio alcanza los 30 grados); en 2070 serán 2.000
               el promedio global de la temperatura ha superado   En algún momento se tomó la sospechosa decisión de   millones.
       Etodos los récords precedentes.                    hablar más bien de “cambio climático”, que es un término   Este cálculo no significa que la población aumentará en
          Se han sufrido prolongadas olas de calor alrededor del   más abarcador, pero también más etéreo, técnico, inofen-  esos lugares, sino que las regiones tórridas se extenderán
        mundo, el agua del Atlántico norte es un caldo insólito (se   sivo.                                 muchísimo, ocupando la mayor parte de la India, el Sudeste
        teme que una de sus corrientes marinas cruciales colapse   En efecto, el clima está cambiando de muchas formas,  asiático, el Sahel y la América tropical.
        antes de lo previsto) y la Antártida, en pleno invierno austral   pero la primera y más tremenda manifestación de ese   Además del perjuicio a la salud y la calidad de vida de casi
        y con el Niño apenas comenzando, ha tenido extensiones de   cambio es el calor, un calor que la especie humana nunca ha   una cuarta parte de la población mundial, esto comprome-
        hielo marino muy por debajo de lo normal.         experimentado y que, por lo tanto, no está preparada para   terá la productividad agrícola, lo cual propiciará la migra-
          En México, han muerto más de doscientas personas por   enfrentar.                                 ción climática y la crisis sociopolítica.
        golpes de calor este verano.                        En 2021, la editora Sandra Barba me recomendó leer El   De acuerdo con un estudio publicado en 2020 sobre el
           La noche del 14 de junio, tres miembros de una familia   Ministerio del Futuro de Kim Stanley Robinson, una novela   futuro del nicho climático humano, la situación puede ser
        perdieron la vida en Tabasco (un Estado costero del golfo de   de ficción climática que comienza con una escena de horror   aún más extrema: la temperatura experimentada por el
        México) porque no había electricidad en su colonia y decidie-  térmico: una multitud de personas busca refugio dentro de   ser humano cambiará más en las próximas décadas que en
        ron pasar la noche en su auto, con el motor encendido para   un lago durante una ola de calor en la India que causa más   los pasados seis mil años, y alrededor de 3.500 millones de
        tener aire acondicionado.                         de veinte millones de decesos.                    personas se enfrentarán a una temperatura anual prome-
           Las cifras actuales de fatalidad térmica pueden parecer   Debo confesar que en su momento me pareció un escena-  dio mayor a 29 grados.
        poco alarmantes comparadas con las de fenómenos como   rio exagerado (a pesar de que yo también estaba escribiendo   Estas condiciones actualmente se experimentan en
        la violencia y la pandemia, pero estas condiciones son un   una novela que comienza con una ola de calor futurista, en la   menos del 1% de la superficie continental, principalmente
                                                                                                            en el Sahara, pero en 2070 podrían encontrarse en cerca del
                                                                                                            20% de la superficie continental del mundo, incluida buena
                                                                                                            parte de Latinoamérica.
                                                                                                              En mi país, por ejemplo, las zonas más afectadas serán las
                                                                                                            costas del golfo de México y la península de Yucatán, en la
                                                                                                            que se ha experimentado una urbanización explosiva en las
                                                                                                            últimas décadas, motivada sobre todo por el auge turístico
                                                                                                            de la riviera maya. Hace un milenio, la región centroameri-
                                                                                                            cana ya experimentó el colapso civilizatorio de las ciudades
                                                                                                            mayas asociado con un calentamiento que, desde el punto
                                                                                                            de vista europeo, es llamado Óptimo Climático Medieval,
                                                                                                            aunque  no  tuvo  nada  de  óptimo  para  los  habitantes  de
                                                                                                            Mesoamérica. Este antecedente debería servirnos como
                                                                                                            advertencia.
                                                                                                              Hablando de optimismo eurocéntrico, Bjorn Lomborg, un
                                                                                                            crítico danés del alarmismo climático, ha declarado recien-
                                                                                                            temente que el aumento de las temperaturas salvará vidas,
                                                                                                            ya que se reducirán las muertes por el frío.
                                                                                                              Este enfoque positivo del calentamiento es una tergiver-
                                                                                                            sación del fenómeno, ya que sólo es pertinente para países
                                                                                                            nórdicos y no para las zonas asiáticas, africanas y america-
                                                                                                            nas donde vive la mayor parte de la población mundial.
                                                                                                              Me incomoda apelar al apocalipsis maya porque temo que
                                                                                                            el catastrofismo propicie la negación y la parálisis en vez de
                                                                                                            la movilización colectiva.
                                                                                                              A estas alturas, me gustaría contar un chiste para liberar
                                                                                                            un poco de tensión, pero no se me ocurre ninguno. He pasado
                                                                                                            este verano bajo un domo de calor brutal que ha deteriorado
                                                                                                            tanto mi calidad de sueño que tengo el sentido del humor
                                                                                                            achicharrado.
                                                                                                              ¿Por qué no estamos preparándonos para el calor extremo
                                                                                                            por venir? Por un lado, están los negacionistas que no creen
                                                                                                            que haya nada de qué preocuparse y por el otro están los
                                                                                                            activistas comprometidos con evitarlo.
                                                                                                              Los sucesos de este año ponen en ridículo la postura
                                                                                                            despreocupada y son un llamado urgente a organizarnos
                                                                                                            para frenar el calentamiento y ayudar a quienes ya lo están
                                                                                                            sufriendo más. (El País, España)
        Dee Lee, un hombre de 34 años de Arizona, se refresca el 16 de julio en medio de una ola de calor por la que ese Estado
        de EE UU alcanzó los 46 grados centígrados. BRANDON BELL (GETTY IMAGES)
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