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            HAY UN TIPO DE PERSONALIDAD                                                                     relaciones profundas y carecer de amigos íntimos.

                                                                                                              A nivel fisiológico, se exponen a un estado de hiperaler-
            QUE ELEVA EL RIESGO DE SUFRIR                                                                   ta física y mental que les hace ignorar las necesidades del
                                                                                                            cuerpo y menospreciar el descanso.
                                                                                                              Este estado repercute en su sistema nervioso, hace que
                                        UN INFARTO                                                          se eleve el ritmo cardiaco, la presión arterial, la tensión
                                                                                                            muscular, los niveles de colesterol y los triglicéridos.
                                                                                                              Un porcentaje alto de personas que sufren un infarto se
        La conducta tipo A se identifica con un porcentaje alto de personas que sufren                      identifican con la personalidad tipo A.
                                                                                                              Muchos pacientes tratan de suavizar estos rasgos de
        infartos. Muchos pacientes tratan de suavizar sus rasgos para disminuir el riesgo.                  personalidad para disminuir el riesgo.
                                                                                                              Es fundamental conseguir una actitud adecuada porque,
                                                                                                            como decía Séneca, “el deseo de curarse es la mitad de
                                                                                                            nuestra salud y el poder de la mente debe tenerse en cuenta
        POR PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN                     predomine cierta tendencia.                       para alcanzarlo”.
                                                            La personalidad tipo B caracteriza a personas relajadas,   El trabajo consiste en proporcionar técnicas
               e necesita cierta cantidad de  hostilidad  para   alegres, pacientes, despreocupadas, poco competitivas y
               avanzar por el mundo”. “Las otras personas son   conformistas.                               o pautas de conducta adecuadas para
               ignorantes e ineptas”. “Va a arrepentirse de lo que   La personalidad tipo C define a personas sistemáticas,
        Sha hecho”. “Dar y recibir amor es un signo de debi-  pensativas, sensibles y prudentes.            aprenden a distinguir entre lo prioritario y
        lidad”. “Si no me ocupo yo de las cosas, no lo hace nadie”.   La personalidad tipo D describe a personas apenadas,   secundario; diferenciar lo que está y lo que
        “Con una vez que se digan las cosas es suficiente”. Este estilo   negativas, pesimistas y socialmente inhibidas que evitan
        de pensamiento caracteriza a un perfil de personalidad   compartir emociones negativas.             no está bajo nuestro control; establecer
        llamada tipo A.                                     Tanto el patrón de conducta tipo A como la personalidad
          Los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y   tipo D se consideran factores de riesgo cardiovasculares  objetivos realistas y gestionar el tiempo de
        Raymond  Rosenman  diferenciaron  cuatro  patrones  de   porque predomina una mayor tendencia al estrés, lo que   una forma adecuada; aprender a verbalizar
        personalidad en la década de los cincuenta (A, B, C y D) en   repercute sobre la salud.
        función de cómo las personas reaccionaban ante situacio-  Su pensamiento tiende a la rigidez. Casi nunca están  emociones positivas y negativas; incluir la
        nes diversas.                                     satisfechos.
          Cada persona tiene una combinación de rasgos, aunque   Pueden tener conflictos interpersonales al no cuidar las   práctica de la relajación o la meditación en el
                                                                                                            día a día y practicar la gratitud.

                                                                                                              Pero lo que más cuesta a los pacientes con personalidad
                                                                                                            tipo A es manejar la ira y la agresividad.
                                                                                                              Decía Aristóteles que “todo el mundo puede enfadarse,
                                                                                                            eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona
                                                                                                            adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con
                                                                                                            el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no
                                                                                                            resulta tan fácil”.
                                                                                                              La agresividad aparece tras un pensamiento irracional
                                                                                                            como los del inicio del artículo o si se aguanta mucho hasta
                                                                                                            que se explota como una olla a presión.
                                                                                                              Hay varios libros que ayudan a manejar mejor la ira.
                                                                                                            Desde los clásicos Sobre la ira o El arte de mantener la
                                                                                                            calma: un manual de sabiduría clásica sobre la gestión de
                                                                                                            la ira, de Séneca, hasta los más recientes como Controle su
                                                                                                            ira antes de que ella le controle a usted, del psicólogo Albert
                                                                                                            Ellis.
                                                                                                              El objetivo sería aprender a no esperar tanto y decir las
                                                                                                            cosas en cada momento, pero de la manera adecuada.
                                                                                                              Esto exige ser conscientes de las situaciones que hacen
                                                                                                            que la ira se desborde.
                                                                                                              En ocasiones conviene decir a la otra persona que uno
                                                                                                            está empezando a ponerse nervioso y que va a dar una
                                                                                                            vuelta hasta calmarse.
                                                                                                              Otras veces es mejor utilizar alguna excusa (ir un
                                                                                                            momento al baño o decir que tienes que marcharte).
                                                                                                              Durante el intervalo que dure el “tiempo fuera” conviene
                                                                                                            llevar a cabo alguna actividad que ayude a reducir la ira.
                                                                                                              Utilizar frases que calmen formuladas en forma positiva,
                                                                                                            es decir, afirmaciones acerca de aquello que quieres conse-
                                                                                                            guir: “Voy a estar tranquilo”.
                                                                                                              Algunos ejercicios ayudan a distraerse: contar de 100 a
                                                                                                            cero de siete en siete… Centrar la atención en un objeto
                                                                                                            de la habitación o, si uno está en la calle, en un escaparate
                                                                                                            también funciona.
                                                                                                              Del mismo modo, sería necesaria una reflexión profun-
                                                                                                            da de las creencias irracionales que tengan que ver con el
                                                                                                            reto, éxito, ambición, la forma en cómo evalúa a los otros y
                                                                                                            a sí mismo, que están condicionando que se fortalezca este
                                                                                                            patrón de conducta tipo A.
                                                                                                              Esto defienden en su libro Corazón y mente Luis Rojas
                                                                                                            Marcos y Valentín Fuster, que reafirman la importancia de
                                                                                                            revisar las prioridades de la vida.
                                                                                                              Si la salud y la calidad de vida importaran más, el manejo
        GRAFICA DE MIKEL JASO                                                                               de la ira se haría más fácilmente. (El País, España)
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