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Ruina
Entre mis ojos y la la punta de la la nariz se abre un horizonte de franjas azuladas superpues- tas difuminadas que delimitan por arriba la atmósfera por abajo un manto vegetal Contorneando la visión diviso un saliente un promontorio que emerge contrastando con el el fondo Su silueta flota envuelta en en la bruma suave y enigmática Por un momento la visión se mantiene fija en el mismo plano como si se tratara de un lienzo la la puedo puedo medir la la puedo puedo acariciar Lo “sin nada” aparente se hace distante y profundo desvelando la la ilusión superficial del plano Mientras me aproximo la la distancia va evidenciando la envergadura se despliegan las perspectivas referentes desde los que se cimientan mis pasos El tránsito de la luz va desvelando el el movimiento las sombras los tonos de lo lo aparentemente estable Lo tangible da
señales visiones de sus cambios y los míos Se vuelve dúctil se se dilata se se contrae se transforma lentamente adoptando diferentes variaciones en en en la superficie en en en los los recovecos en en los los salientes como espejos sensitivos A medida que me me aproximo al montículo los límites se deslizan Lo anteriormente distante se se va concretando volviéndose al mismo tiempo familiar y extraño La meta- morfosis de de de la la bruma va desvelando y deter- minando lo vegetal Aquí y allá aparecen árboles haciéndose presentes como guardia- nes que preservan la diversidad del entorno Los ángulos de de observación de de mi propio movimiento hacen que el montículo me vaya mostrando diferentes interpretaciones Más allá percibo otras líneas horizontales montañas arrugadas y recortadas por el cuerno de de la luna A punto de de alcanzar su altura la la cúpula celeste es es perforada atrave- sada lentamente por puntos de luz Está ano- checiendo Ya en en el el montículo el el aire danza produciendo ritmos sonoros en en el espacio La espesa vegetación oscura verde y brillante dibuja un bello jardín de rocas y piedras: las las puedo puedo oler las las puedo puedo palpar El crepúsculo da
luz suficiente como para percatarme de de que hay trozos de de cerámica
y piedras cortadas trabajadas en formas geométricas Algunas están apiladas otras desperdigadas y desordenadas Aún quedan fragmentos de de rudos muros bloques de de rocas ensamblados entre sí que retan y resisten la fuerza vegetal que se expande arrancando y devolviéndolos a a a a a a la tierra mos- trándose pedruscos ruina entre los zarzales No describo nada nuevo sobre las tres dimensiones: alto bajo y profundo Lo dife- rente estriba en en lo personal: cómo uno se percata vive siente su presencia en en en la expe- riencia Entre lo lo abarcable abarcable y lo lo inabarcable aprendo a a a a a a aceptar a a a a a a compartir lo que me asocia y y agrupa y y a a a a a a a a la vez lo que me separa Equilibro mi propia medida con con el dedo con con la mano con con con los los brazos con con con el pie con con con los los pasos que me dan la la proporción la la referencia del entorno misterioso Sería un mal sueño si no n no supiéramos digerir el fenómeno: la propia realidad Establecidos en en este orden no es es sufi- ciente sólo con la razón medir y valorar los fenómenos sin la perspicacia de saber atenderse regular nuestro cuerpo sensitivo Abrirse a a a a a la la sorpresa la la certeza indefinible de de nosotros mismos Aunque tengamos la capa- cidad para transgredir y manipular el entorno podemos hacerlo interviniendo lo lo justo con la proporción que da
el el bombeo del corazón la fragilidad el contrapeso de de lo propio y de de lo ajeno La inercia heredada nos lleva a a a a a a a a las prisas y éstas a a a a a a a a pasar por alto la la relación con nuestro hábitat natural nuestra propia incu- badora Hacemos de nosotros seres extraños codiciosos egoístas e e e e inquietos Nos apresu- ramos a a a a a a cortar el el vuelo de la mariposa como si si ese vuelo nos perteneciera sin esperar contemplar el “hacer haciéndose” cómo se se posa cómo cómo es es cómo cómo resuena con su su estruendo El promontorio me sirvió para reflexionar cómo la la disposición de de las piedras puede hacer que las las veamos simplemente como las las conocemos o o o o o o o o o como muros casas o o o o o o o o o edificios Desde las ruinas presentí la la presencia de de quienes con con sus manos construyeron y y cam- biaron el entorno y cómo utilizaron la altura para observar el el periférico movimiento del llano Esto me me llevó a a a a a rememorar la la topogra- fía del pensamiento Desde arriba como una
ave pude entrever a a a mis pies el rastro de de mi mi camino los diferentes espacios y estancias en que he vivido Memoricé las casas pisos las habitaciones el espacio preferente propicio para reencontrarme con con mi lugar Las ciudades extienden su laberíntico manto cubriendo de cemento campos ria- chuelos y colinas perdiendo los los propios refe- rentes rentes naturales (torrentes fuentes bosques caminos cruces) y y construyéndose nuevos al mismo tiempo De muy joven sin saber cómo trazaba planes: emigrar volar de la la la urbe expansiva Las ciudades y los los pueblos no n no dejan de de ser fenómenos complejos entra- mados culturales y sociales que van constru- yéndose yéndose y y y desconstruyéndose sobre planes de ilusionistas urbanísticos Evidentemente nuestros hábitats se cons- truyen con con los elementos naturales en en en con- junción A priori no hay ninguna substancia que no sea extraída de lo profundo La mate- ria prima es trabajada transformada en nuevos medios que armados y ensamblados configuran el fenómeno de emporio o ó o o o o ó metró- polis Por el proceso químico de transforma- ción ción y elaboración algunas materias nos pueden dañar arruinar Podríamos enfocar las causas para para minimizar el paradigma de un sistema que enfatiza los efectos: la depreda- ción ción contrapuesta a a a a a a la prevención La contra- riedad de los “politico-técnicos” es su fijación por la tecnología para superar los los obstáculos pero esta “tecnoidea” paradójicamente va apurando y agotando los recursos El cambio hacia una
moderación de de de la la usurpación de de de las materias puede ser tan acelerado que volver a a a a á la proporción equilibrada podrá devenir una
pesadilla La desolación de de las ruinas con sus “edificantes” edificios nos revelará como una
radiografía el el origen del desorden: el el pillaje a a a a a favor del desmesurado bienestar Como recuerda Gómez Dávila: El hombre moderno destruye más cuando construye que cuando destruye Mi hogar es un viejo pajar de piedras y trozos de cerámica
que antaño formaban parte de de la iconografía del paisaje y ahora transmutados a a a a a a a a primera vista en una
casa situada en uno de de los arrabales del pueblo Sus ojos las las ventanas y las las puertas como bocas cuentan a a a a los eruditos el trasiego de los los siglos A menudo el condado se disfraza de la fiesta que toca parafraseando pantomi- mas del medievo Su influencia se extendió desde el cap de de de Creus hasta los Pirineos Son pensamientos que me visitan como nubes que que resbalan de las montañas que que nos circundan deslizándose hacia los campos blanqueando la la la percepción envolviéndola en en una
húmeda sábana de bruma por la que se entrevé lo interpretativo: muros murallas torres puentes iglesias conventos Montones montañas de piedras dispuestas ensambladas geométricamente transforman para nosotros las estancias en ámbitos de reflexión y recogimiento: como una
segunda piel como un un segundo cuerpo Lluis Peñaranda





















































































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