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La ciudad y La ciudad es es un un asunto muy complejo: ¿es acaso un un conjunto de fincas —mansiones casas particulares residencias con todos los elementos funcionales y y de esparcimiento y y si hace falta de recreo incluso superfluos— o o bien es es un grupo de de gente y de de estructuras aglutinadas con un cierto orden y organiza- ción donde se proporcionan las condiciones mínimas para que las personas puedan alcan- zar un buen nivel de producción laboral?
En el el el primer caso es evidente que el el el ele- mento del gusto la ambivalencia estética puede estar presente es es es es más este aspecto esta manera de crear un un entorno y un un ambiente es el el que debería caracterizar el el concepto de de de de mansión de de de de residencia de de de de casa para para hacer vida en en ella y para para sentirse satisfe- cho en el mundo En algún momento a a a mediados del siglo XIX cuando la ciudad comenzó a a a a a transfor- marse en la nueva y única forma válida de agrupación social eficaz se intentó organizar la ciudad como un complejo de entramados de de construcciones urbanas y de de convivencia Sin embargo con el desarrollo creciente de de la disponibilidad de de servicios comunes de de la facilidad de transportarse y más reciente- mente con la posibilidad de organizar el tra- bajo aquella convivencia urbana se ha des- mantelado sin llegar a a a a a quebrarse del todo y se está regresando al concepto de la ciudad como un complejo de villas autónomas para la gente acomodada y de de de bloques de de de pisos de de de concentración para la gente de de posibilidades económicas más reducidas Muchas grandes ciudades americanas son un ejemplo de de ello y aquí en en Europa lo que se denomina segunda residencia comienza a a a a convertirse en en la manera natural de alcanzar en en gran sueño de los asalariados (rota ya la la estructura de de amos y sirvientes) que Gaudí señaló den- tro de de de su etapa socializante del concepto de de de vivienda: de de la posibilidad de de tener un hogar Pues bien es es en en el hogar donde podemos pensar en en en crear un ambiente que nos sea propio y que tenga la marca de nuestra sensi- bilidad que siempre debe ser por antonoma- sia exquisita y única cónsona con los rasgos personales de cada quien En este punto comienza a a a a intervenir el arte en en en todas sus facetas la del interiorismo —el diseño de de prestaciones: servicios con una disposición agradable a a a a a a a a a a la la la vista tacto y y olfato— y y la la la de la la la aportación de los complementos no no menos esenciales entre los cuales se se encuentran esencialmente las obras de arte que son el medio que cada individuo tiene de compartir su su sensibilidad personal con la de su su entorno Es aquí donde se se activa y justifica la presen- cia cia del artista que por su manera especial de de tratar las posibilidades de de de percepción y de de de respuesta formal a a a a a a a a los avatares y las situacio- nes del ambiente y de de las circunstancias crea formas que ayudan a a a a a a a a a llamar la la atención o ó o a a a a a a a a a complementar las sensibilidades de de personas que que dado que que invierten su sensibilidad en en en asuntos laborales se inclinan menos hacia otros elementos funcionales útiles o o o o o crípti- cos de de la sociedad y demuestran una menor disposición a a los hechos puramente estéti- cos Así la ciudad se convierte en una obra de arte en en sí misma que qu no tiene por qué abarcar los aspectos ahora considerados sublimes de de otras épocas Pero sí puede no obstante otorgar atenciones especiales a a a a a la golosa apetencia que el ojo humano siente por las macroformas inusitadas o o o o o o poco corrientes servirse de cromatismos y acro- matismos a a a a a a escala gigante ofreciendo tam- bién a a a a través de de la vista y de de otros sentidos como el oído las las texturas o o o o o o o las las sonoridades del material Lo que predicamos no es exac- tamente el concepto de “Las Vegas” sino
el de ciertas estructuras periféricas urbanas como “La Défense” de París o o o las que ha levantado Ricardo Bofill en algunas periferias urbanas Todo ello supone un concepto de ciudad dentro de de de la la ambigüedad de de de aquella idea que podía entender la arquitectura como una causa social o o o o o ó como un un estilo arquitectó- nico específico En la la actualidad tanto las autoridades civiles como los propios arqui- tectos están haciendo aportes á a a a a a la creación de de un tipo de de naturaleza urbana que atrae y engulle al ciudadano estandarizándolo u u u orientándolo hacia las posibilidades de de de deter- minadas percepciones estéticas Toda persona que se sienta provocada por el exterior urbano puede responder adecua- damente en en el interior de su propio hogar creando una atmósfera consonante con con la percibida o o o o mostrando con firmeza su discre- pancia Precisamente por lo que decimos del arte contemporáneo en todas sus versiones - incluida la la presencia actual de la la fotografía o o o de de de las instalaciones de de de video- cada uno en casa puede crear su propia perspectiva esté- tica del entorno humano intelectual de de ocio y y político ayudándose con o o o o o o sumándose
a a a a a a a las obras de los artistas que reflejan dichas temáticas según su propio criterio personal y y que puede concomitar y y convivir con con con las del del creador del del propio ambiente íntimo que se encontrará así rodeado de de un exquisito planteamiento estético que es es sentido y percepción sensible de de un concepto de de vida Este sería un auténtico interiorismo que convendría que también tuviera algunas afinidades con el diseño de de la ciudad Porque el el arte es es eso: que que tanto en el el exterior urbano como en el interior de casa nos nos presentemos nosotros mismos con nues- tras sensibilidades ideas y y proyectos vitales No debemos interferir con el sentido y la orientación que sin duda cada proyecto manifiesta aunque si s así fuera se podría afirmar que quizás las personas habrían empezado a a á a a a a ser más claras y transparentes No es que no lo sean incluso ahora en medio del desastre total de de de de sensibilidades y gustos en en esta misma situación aparente- mente caótica se manifiesta la la calidad de las personas y y de las instituciones y y por lo que vemos debemos afirmar que nos encontra- mos en el estadio más abatido y bajo de cual- quier sensibilidad posible Sólo basta salir a a a a a a a la calle y verificar que todos los rincones son urinarios atraganta- dos además por el sudor permanentemente combatido por los desodorantes más contra- dictorios No nos hemos instalado de acuerdo con nuestras posibilidades cualitativas dentro de este mundo tecnológico tampoco hace- mos caso a a a a a a las sugerencias de los artistas esos grandes creadores de de nuevas sensibili- dades de de nuestro tiempo Lo que hacemos
es que utilizarlo todo sin medida criterio o o o o o adecuación Tampoco el gusto corresponde
a a ningún desequilibrio intuido necesitado o o o o en en el fondo pensado Ni siquiera hemos llegado a a a a establecer un gusto que obedezca al al ocasionalismo Contrahecho ésa es la tónica de todo como si nos encontráramos los objetos por casualidad o o o o o las dispusiéra- mos exactamente como al verlos en en en las tien- das de segunda mano un un eufemismo para evitar el término “trapero” Es absolutamente necesario comenzar de nuevo el arte o si s la ciudad es en sí misma la expresión de una sensibilidad Arnau Puig





























































































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