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El Cielo Es un Lugar Verdadero


                                            Un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva
                                           (La visión de Juan según Apocalipsis 21)

            Versículos 1­5 —“Vi un cielo nuevo y una tierra  dad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce
            nueva; porque el primer cielo y la primera tierra  nombres de los doce apóstoles del Cordero.”
            pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi   Versículos 16, 18­19a —“La ciudad se halla es-
            la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del   tablecida en cuadro, y su longitud es igual a su
            cielo, de Dios, dispuesta como una esposa atavia -  anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil
            da para su marido. Y oí una gran voz del cielo que   estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella
            decía: ‘He aquí el tabernáculo de Dios con los hom-  son iguales. El material de su muro era de jaspe;
            bres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo,   pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio
            y Dios mismo estará con ellos como su Dios.         limpio; y los cimientos del muro de la ciudad esta-
            Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y   ban adornados con toda piedra preciosa.”
            ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor,   Versículos 21­27—“Las doce puertas eran doce
            ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.’ Y el   perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la
            que estaba sentado en el trono dijo: ‘He aquí, yo   calle de la ciudad era de oro puro, transparente
            hago nuevas todas las cosas.’ Y me dijo: ‘Escribe;   como vidrio. Y no vi en ella templo; porque el
            porque estas palabras son fieles y verdaderas.’”    Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el

            Versículos 10­14 —“Y me llevó en el Espíritu a un  Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de
            monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad  luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios
            santa  de  Jerusalén,  que  descendía  del  cielo,  de  la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y las
            Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era  naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz
            semejante al de una piedra preciosísima, como  de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y
            piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un  honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de
            muro grande y alto con doce puertas; y en las puer-  día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria
            tas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los  y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella
            de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente  ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y
            tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puer-  mentira, sino solamente los que están inscritos en
            tas; al occidente tres puertas. Y el muro de la ciu-  el libro de la vida del Cordero.”

                                          No Se Turbe Vuestro Corazón


                  Juan 14:1­3— “No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí. En la casa
                  de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar
                  lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí
                  mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.”

              Una Gran Multitud Vestidos de Ropas Blancas Estarán Delante del Trono


               Apocalipsis 7:9, 13 y 14—“Después de esto  venido?’ Yo le dije: ‘Señor, tú lo sabes.’ Y él me
            miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie  dijo: ‘Estos son los que han salido de la gran tribu-
            podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos  lación, y han lavado sus ropas, y las han emblan-
            y lenguas, que estaban delante del trono y en la  quecido en la sangre del Cordero.’”
            presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
            con palmas en las manos.  Entonces uno de los  Apocalipsis 22:14 —“Bienaventurados los que
            ancianos habló diciéndome: ‘Estos que están vesti-  lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la
            dos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han  vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.”


                 ¿QUIÉN ES CRISTIANO? Es una persona en quien mora Cristo (Romanos 8:11).

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