Page 21 - El Camino de la Felicidad
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El Camino de la Felicidad
Jesús es eterno. "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Hebreos 13:8). "Yo soy
el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de
los siglos, amén" (Apocalipsis 1:17-18).
Jesús es diferente al Padre, pero es Dios juntamente con él. La Biblia dice que en la
eternidad Jesús "era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios... Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros" (Juan 1:1,14). Jesús mismo afirma lo siguiente:
"Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30). "Salí del Padre, y he venido al mundo" (Juan 16:28).
Siendo Dios, Jesús lo sabe todo, está en todas partes, no cambia, es santo, es justo y recto,
es eterno, es amor.
Jesús es hombre verdadero
Esto quiere decir que nos comprende muy bien porque se hizo igual que nosotros. La Biblia
dice que "no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado"
(Hebreos 4:15-16).
A Jesús le gustaba referirse a sí mismo como el "Hijo del Hombre". En su condición de
hombre, tuvo hambre, sed, sueño, alegría y tristeza. Fue tentado en todo, como cualquiera
de nosotros, pero no pecó. Su vida fue un ejemplo de servicio a los demás.
Jesús vino para salvarnos
Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo y nació de la virgen María hace más de dos mil
años; su nacimiento tuvo lugar en una pequeña aldea llamada Belén, en Palestina (Mateo
1:23; Lucas 1:35).
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