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VOLVIERON LAS AVES AL



                                                     HUMEDAL





















                                               Esta isla en el humedal Jaboque, creada re-
                                               cientemente, se ha convertido en un lugar de
                                               paso para aves migratorias en Bogotá.
                                               Foto por: Juan Manuel Vargas /EL TIEMPO



             Es  bien  sabido,  por  la  población  colombiana,   La ciudadanía tiene que ser la principal vigía para
             que nuestro  país es una potencia mundial  en       que ello suceda. Hay una inmensa deuda con estas
             el frente de la diversificación de las aves, por    áreas  que  durante  décadas  fueron  reduciéndose
             esto, es un fuerte para el Gobierno Nacional a      hasta –en muchos casos– desaparecer, ignorando
             la hora de  promover  el  ecoturismo.  La  pobla-   el valor que representan en términos ambientales,
             ción de la capital no es ajena a esta realidad y    culturales y pedagógicos.
             por  ello  ha  valido  la  pena  la  millonaria  inver-
             sión  que la  Alcaldía  ha hecho para recuperar
             el Humedal Jaboque.
             Las  fotografías  tomadas  recientemente  por
             Juan  Manuel  Vargas, han  mostrado  que  este
             ecosistema  guarda  y  promete  convertirse  en
             un  santuario  de  inmenso  valor  paisajístico  y
             ambiental. Algunas especies que se incluyeron
             al  Humedal  son monjitas,  patos canadienses,
             tinguas, chorlos, garzas y otra gran diversidad     La monjita bogotana es difícil de observar.
             de  especies,  las  cuales  encontraron  un  habi-  Foto: Juan Manuel Vargas / EL TIEMPO
             tad ideal para su descanso y reproducción.

            Lo que sigue ahora no es solo salvaguardar lo        Hoy  hay  más  conciencia,  se  invierten  más  recur-
            que se ha hecho, sino redoblar esfuerzos para        sos, hay veedurías y amigos de los humedales. Y
                                                                 por eso es posible que milagros como el del Jabo-
            que  este  tipo  de  bienes  se  sigan  amparando,   que se den y que, esperamos, puedan copiarse en
            como  tantos  otros  que  privilegian  a  la  capital.   El Burro o en Tibanica, por ejemplo.
            Según la Fundación Humedales de Bogotá, hay
            15 de ellos reconocidos, 19 sin reconocer y al-
            rededor  de  30  cuerpos  de  agua  presentes  en    TATIANA GARCIA
            colegios, universidades, parques, cementerios y      NATALIA ROJAS
            clubes privados, además de sus cerros, su sa-
            bana y el mismo río que la atraviesa de norte a
            sur.
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