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L a alegría del Evangelio llena el corazón y la
vida entera de los que se encuentran con
Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son
liberados del pecado, de la tristeza, del vacío
interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre
nace y renace la alegría. Evangeligauidium 1
(EG)
Querido pueblo de Alconera, al dirigirme a
ustedes he querido utilizar esa frase del papa
Francisco de su exhortación “La alegría del
Evangelio”, porque estoy convencido, al mirar la
imagen de San Pedro mártir, como al atender a
su historia personal de vida, que él desea decir-
nos lo mismo a cada uno de nosotros. Sigue
diciendo el papa: Invito a cada cristiano, en
cualquier lugar y situación en que se encuentre,
a renovar ahora mismo su encuentro personal
con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de
dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día el poder fascinante del amor. Venzamos la
sin descanso. No hay razón para que alguien enemistad con la fuerza del perdón.
piense que esta invitación no es para él, porque Testimoniemos con nuestra vida que las ideas no
«nadie queda excluido de la alegría reportada se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca nos
por el Señor» (cf. EG 1) dejemos desalentar por el mal! Para ello, como
los santos, necesitamos la ayuda de la oración y
Personalmente también quisiera animarles,
y yo mismo me sumo, a decidirnos a tomar en el consuelo que brota de una amistad íntima con
serio la Palabra de nuestro Señor Jesucristo: Ven Cristo.
y sígueme venid y lo veréis (cf. cf. Mt 19,21 y Jn Querido pueblo, ¡vayamos con confianza al
;
1,39). Seguir a Jesús, vivir la vida queriendo encuentro de Jesús! y, como San Pedro de
configurarnos con Él, pues Él mismo lo dice: yo y Verona, mártir, ¡no tengamos miedo de hablar de
el Padre somos uno (cf. Jn 10,30), es poner a Dios Él! pues Cristo es la respuesta verdadera a todas
en el centro para poder poner a la humanidad en las preguntas sobre el hombre y su destino.
el centro de nuestro trabajo y de nuestras obras. Muchas veces tendremos la tentación de decir
como el profeta Jeremías: “¡Ah, Señor! Mira que
San Pedro fue el primero de la orden de los
no sé expresarme, que soy un muchacho” (Jr
dominicos en morir por la fe en una época con
sus cosas buenas y también con sus dificultades. 1,6). No nos desanimemos, porque no estamos
Hoy día vivimos rodeados de mucho bien, pero solos: el Señor nunca dejará de acompañaros,
también de contrariedades y falta paz. La paz - lo con su gracia y el don de su Espíritu. (San Juan
pablo II, Encuentro con los jóvenes, Madrid
sabemos - es ante todo un don de lo Alto que
debemos pedir con insistencia y que, además, sábado 3 de mayo de 2003)
debemos construir entre todos mediante una Dejémonos encontrar por Jesús, y sigámosle.
profunda conversión interior. Respondamos Felices fiestas patronales 2018
a la violencia ciega y al odio inhumano con Domingo Sánchez Jiménez
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