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Fuente del Espinario.


                                                                   posible que la parte situada al sur, conocida como el
                                                                   Jardín de las Estatuas, refleje el especial interés que
                                                                   mostraba Felipe II por el arte de la jardinería. Al igual
                                                                   que sucedió en Madrid, también en Aranjuez cedió
                                                                   a la tentación de exponer los monumentos artísticos
                                                                   adquiridos e importados de Italia. El monarca dio
                                                                   prioridad a los bustos antiguos de emperadores, que
                                                                   colocó en gran número en el jardín. Posteriormente se
                                                                   erigió en esta parte del jardín una estatua de Felipe II.

                                                                   La actividad constructora y la gran afición a la jardinería
                                                                   de que habían hecho gala los reyes Borbones estimularon
                                                                   a los grandes de España y despertó su interés por el
                                                                   arte. No tardaron demasiado en advertir que el jardín
                                                                   ornamentado con numerosas esculturas se inspiraba
                                                                   en los jardines renacentistas y barrocos italianos. Esta
                                                                   circunstancia alimentó la codicia. El duque de Alcalá, que
                                                                   era al mismo tiempo virrey de Nápoles, aprovechó sus
                                                                   relaciones con Italia y consiguió con habilidad diplomática
                                                                   enviar a España muchas antigüedades desde Nápoles
                                                                   y Roma. En sus jardines de Sevilla, que actualmente
                                                                   se conocen como Casa de Pilatos, colocó bustos de
                                                                   emperadores, instaló una fuente de Jano y fijó tablas
                                                                   escritas en los muros. El afán coleccionista prendió en
                                                                   muchos duques españoles y contribuyó a que los jardines
                                                                   tuviesen un inconfundible sello renacentista.

                                                                   Con la llegada de los reyes Borbones, el jardín francés
                                                                   adquirió carta de naturaleza en España. Los parques,
                                                                   concebidos al estilo italiano durante el reinado de la Casa
                                                                   de Austria, especialmente en la época de Carlos V  y Felipe
                                                                   II, pasaron a convertirse en parterres franceses. España
                                                                   nunca contó con un tipo de jardín propio. De hecho, de los
                                                                   antiguos jardines árabes no quedan más que unas pocas
                                                                   huellas. El mismo jardín mudéjar de Sevilla, se hubiera
                                                                   podido ser el primero en imponerse como jardín propio
                                                                   español, sufrió cambios poco después de su culminación,
                                                                   de forma que tampoco puede reconocérsele  una tradición
                                                                   específicamente española. Las diversas influencias
                                                                   extranjeras, que se dejaron sentir a lo largo de varios
          Fuente de Baco.                                          siglos, fueron excesivamente dominante.


          Abril                                                              2019              TURISMOCUATRO MAGAZINE CHILE   95
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