Page 54 - REVISTA Nº 65 MAYO - JUNIO 2018
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           cristianos.

                  El  siguiente  centro  de  encuentro
           fue el templo de las RR.HH. Dominicas
           de  la  localidad.  Allí  la  hermana  Sor
           Pilar, mientras llegaba el señor obispo,
           D.  Amadeo  Rodríguez  Magro,  dio  su
           testimonio de vida. Les habló de como
           transcurre un día dentro del convento y
           como  viven  la  llamada  de  Dios.  A
           renglón seguido hizo acto de presencia
           el Obispo Don Amadeo que estaba

























                                                               acompañado  por    los  sacerdotes  asistentes,  entre
                                                               ellos  nuestro  párroco.  En  su  alocución  el  prelado
                                                               animó  a  los  jóvenes  a  la  oración  como  algo
                                                               importante  entre  la  relación  de  capa  persona  con
                                                               Dios.  También  dio  gracias  a  Dios  al  ver  tantos
                                                               jóvenes movidos por la misma fe. Les pidió seguir
                                                               adelante sin vergüenza y con alegría. No apartarse
                                                               nunca de Jesús ni soltarse de la mano de María ni
                                                               alejarse  de  la  Iglesia,  aseveración  que  fueron
                                                               compartidas  y  expresada  por  la  madre  dominica,
                                                               que  testificó  que  Jesús  es  el  centro  de  nuestras
                                                               vidas significando todo para ser felices.

                                                                      En  este  hermoso  acto  las  Madres
                                                               Dominicas  recibieron  las  peticiones  y  ruegos,  por
                                                               escrito, que  los jóvenes habían ido  elaborando en
                                                               una  de  las  pruebas  de  la  mañana.  Ellas  se
                                                               comprometieron  a  rezar  por  todas  y  cada  una  de
                                                               postulaciones  entregadas.  Todo  acabó  con  una
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