Page 99 - Donde termina el arco iris
P. 99
CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
comparar mi matrimonio con el de nadie más. Cada cual sigue sus reglas. Aceptar de
nuevo a Greg fue una decisión que tomé yo solita y no lo hubiese hecho si Greg, y,
mucho más importante, yo misma, no hubiese aprendido algo. Estoy convencida de
que lo que ha sucedido no volverá a suceder nunca más, lo creo a pies juntillas. Si no
estuviera tan segura sobre nuestro futuro me sería imposible hacer lo que estoy
haciendo.
Me da la impresión de que esto es lo que decía tu carta, Alex, pero no te
preocupes por mí. Estoy bien. Gracias mil veces por preocuparte tanto por mí. En
este mundo no abundan los amigos como tú.
De: Alex
Para: Rosie
Asunto: Re: Greg
Eso es lo que siempre he deseado. Que fueras feliz.
Querida Stephanie:
¿Cómo está la nueva mamá? Espero que lo estés llevando bien. Sé que supone
un gran cambio, pero es un cambio maravilloso. ¿Logras dormir un poco? Espero que
sí. Siempre he sabido que serías una madre fabulosa: siempre supiste cuidar de tu
hermana pequeña (¡y de su bebé!).
Por cierto, gracias por todos los detalles morbosos sobre el parto. ¡Eres aún más
maravillosa de lo que pensaba! Y no, no quiero que Pierre me envíe una copia del
vídeo de la experiencia «mágica». Recuerdo demasiado bien lo que sucede... ¿Te
acuerdas de esos vídeos que nos ponían en el colegio cuando éramos niñas para que
nos diera miedo tener relaciones sexuales? Bueno, pues salta a la vista que ninguna
de nosotras se asustó. Si realmente querían disuadirnos tendrían que habernos
mostrado cómo se cambian los pañales. Eso habría enviado a miles de nosotras al
convento.
Se os ve muy felices juntos en la foto, como la familia perfecta. ¿Sigue existiendo
tal cosa? Lo pregunto porque si existe, mi pequeña unidad familiar está claro que no
estaba en la lista cuando repartieron los diplomas.
La verdad es que no estoy segura de haber acertado al aceptar que Greg
volviera a casa. Es muy difícil saber qué decisión tomar. Por Dios, Stephanie, siempre
he sido la primera en pregonar que si mi marido me fuese infiel, de ningún modo
aceptaría que volviera conmigo. Ni en un millón de años. Siempre he dicho que eso
era lo único que no podría perdonar (bueno, eso y abandonar a tu hijo antes de que
nazca), así que ¿qué estoy haciendo aceptando que vuelva?
¿Qué estoy haciendo permitiendo que duerma a mi lado en la cama? ¿Por qué le
preparo la cena y le aviso cuando la mesa está servida? Esto no es lo que dije que
haría. Tengo que hacer un esfuerzo tremendo para no darle una bofetada cada vez
que me sonríe.
Pensaba que echarlo de casa sería la cosa más fácil del mundo, pero en parte he
dejado que vuelva porque no me veía capaz de arreglármelas por mi cuenta otra vez.
No dejaba de imaginarnos a Katie y a mí solas de nuevo y se me hacía muy cuesta
arriba. Ahora estoy empezando a poner en tela de juicio esa decisión. ¿Debo
quedarme con él y aprender a quererle otra vez o debería abandonarlo y aprender a
sobrevivir por mi cuenta, a ser independiente? Me falta valor para enfrentarme otra
vez a vivir con Katie en un pisito con un salario ridículo.
Si al menos pudiera perdonarlo..., si consiguiera borrar la imagen de sus labios
besando los de otra mujer cada vez que me habla... Cuando me toca me pone la piel
- 99 -