Page 70 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
P. 70

                           hambrunas disminuyeron y por tanto la población aumentó. El varón Alexander Von Humboldt (1769-1859), gran estudioso alemán que visitó la Nueva España para investigarla, calculó que ¡la población se había duplicado pasando de tres millones a seis en las últimas décadas del siglo XVIII! Por supuesto que ello repercutió, entre otros factores que irás advirtiendo al leer este apartado, en el florecimiento de las ciudades. Y claro está que en ello también intervino, de manera determinante, la administración virreinal. Verás.
 Recupero conocimientos
y experiencias
 Coordinados por su profesor, diviértanse pasando al pizarrón a hacer sencillos dibujos para recordar lo visto en bloque uno sobre la población de la Nueva España y las ciudades. Podrían dividir el grupo en dos equipos (por ejemplo nu- merándose uno-dos) y jugar para ver qué equipo logra recuperar conocimientos más completos. El profesor podría lanzar las siguientes preguntas y algún voluntario del equipo pasar a hacer el dibujo de respuesta: Tras la conquista
y durante el siglo XVI: ¿qué ocurrió con la población en Nueva España? ¿Qué pasó con las ciudades prehispánicas? ¿Cómo eran las ciudades fundadas por los españoles?
Antes de jugar acuerden en grupo qué se vale y qué no se vale hacer (por ejemplo, que el equipo o el profesor den pistas al dibujante y/o la manera de determinar qué dibujos son los más completos). Apunten lo aprendido en su cuaderno y compárenlo con lo que leerán a continuación.
 Los virreyes se empeñaron y esforzaron por que los ayuntamientos ejercieran eficaz- mente el gobierno de las ciudades, en el que frecuentemente intervenían regidores mu- nicipales, corregidores, oidores, cabildos de españoles y cabildos de indígenas. Entre las ciudades más importantes estuvieron la Ciudad de México (por mucho) pero también Puebla de los Ángeles, Valladolid (hoy Morelia) y Guanajuato por la prosperidad mine- ra (que estudiarás más adelante). Cada ciudad era un centro de trabajo y de comercio. Se
realizaban actividades destinadas a darles aire de prosperidad como fueron (y son hoy) la construcción, la herrería, la vidriería y la carpintería. Las ciudades tenían bulliciosos
mercados y en sus calles se expendía todo tipo de productos.
Las autoridades buscaron eliminar de las ciudades un mal revivido en nuestros días:
la inseguridad. Hubo, además, necesidad de mejorar el empedrado de las calles eliminan- do los baches en que caían fácilmente y de los que con dificultad salían los carruajes. Se planificó el uso del suelo, es decir, se determinó qué espacios eran propios para casas ha- bitación, mercados, negocios, talleres, etcétera. Fue propio del siglo XVIII que las ciudades tuvieran residencias lujosas, edificios de gobierno y conventos, pero también en sus calles se encontraron vecindades en las que vivió la población pobre (muchas veces al servicio
de los ricos) en cuartos hacinados.
Era indispensable higienizar las ciudades: limpiar de sus calles la basura, los dese-
chos en descomposición, las ratas, los excrementos de perros (obvio que aún no exis- tían las bolsitas de plástico) y de humanos, vaciados matutinamente de bacinicas nocturnas. Se continuó la traza cuadricular de las calles para evitar los callejones en los que se acumulaban los desechos y la basura; además, se eliminaron lugares estrechos y tenebrosos... potencialmente
peligrosos.
Un ejemplo. Juan Vicente de Güemes (1740-1799), virrey de la
Nueva España y mejor conocido como segundo conde de Revillagige- do, puso desagües, alumbrado público, empedrado a todas las calles de la Ciudad de México, y números a todas las casas. Inauguró el servicio diurno y nocturno de policía, la recolección de basura, el servicio de coches de alquiler. De tal manera embelleció paseos, alamedas, edifica- ciones, que la Ciudad de México fue conocida como la Ciudad de los
Palacios.
 Figura 2.2
Este óleo, que se encuentra en una colección particular en Europa, lo pintó Cristóbal de Villalpando, y retrata la Plaza Mayor de México a finales del siglo XVII. La fotografía es cortesía de Miguel Gleason.
         70 Bloque 2
+ Recursos
En la Ciudad de México, en el centro histórico, se encuentra el Museo Franz Mayer, que con- tiene una gran colección de artes decorativas, entre las que sobresa- len muebles, cerámica
y plata. Si alguna vez tienes oportunidad, date una vuelta (al menos vía internet) para recrear aspectos muy interesan- tes de la vida cotidiana virreinal.
http://www.franzmayer. org.mx/










































































   68   69   70   71   72