Page 228 - Jesús: el camino, la verdad y la vida
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            JESUS RESPONDE A UN GOBERNANTE RICO
            MATEO 19:16-30 MARCOS 10:17-31 LUCAS 18:18-30


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            Mientras Jesus sigue viajando por Perea en di-
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            reccion a Jerusalen, un joven rico se le acerca
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            corriendo y cae de rodillas delante de el. Es un
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            “gobernante de los judıos”, quizas el presiden-
            te de una sinagoga o uno de los miembros del
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            Sanedrın. Entonces le dice: “Buen Maestro, ¿que
            tengo que hacer para heredar la vida eterna?”
            (Lucas 8:41; 18:18; 24:20).
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              Jesus le contesta: “¿Por que me llamas bue-
            no? Nadie es bueno, excepto uno solo, Dios”
            (Lucas 18:19). Puede que el joven use la expre-
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            sion “Buen Maestro” como un tıtulo, que es lo
            que hacen los rabinos. Pero, aunque es cierto
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            que ensena muy bien, Jesus le deja claro a este
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            hombre que solo Dios merece el tıtulo “Bueno”.
              “De todos modos, si quieres alcanzar la vida,
            tienes que obedecer siempre los mandamien-
                              ´      ´
            tos”, le aconseja Jesus. “¿Cuales?”, le pregunta
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            el joven. YJesus le contesta mencionando cinco
            de los Diez Mandamientos: no asesinar, no co-
            meter adulterio, no robar, no dar falso testimo-
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            nio y honrar a los padres. A continuacion, le
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            senala otro mandamiento aun mas importante:
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            “Ama a tu projimo como te amas a ti mismo”
            (Mateo 19:17-19).
              El joven le dice: “Yo todo esto siempre lo he
                          ´
            obedecido. ¿Que me queda por hacer?” (Ma-
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            teo 19:20). Quizas piense que debe hacer algu-
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            na otra buena accion, incluso algo heroico, para
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            obtener la vida eterna. Jesus se da cuenta de
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            que su peticion es sincera y siente carino por el
            (Marcos 10:21). Sin embargo, hay algo que le
            impide obtener la vida eterna.
              El hombre siente un gran apego por sus pose-
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            siones. Por eso Jesus le dice: “Te falta una cosa:
            ve a vender lo que tienes y dales el dinero a los
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            pobres; ası tendras un tesoro en el cielo. Luego
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            ven y se mi seguidor”. El joven podrıa repartir
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