Page 234 - Jesús: el camino, la verdad y la vida
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            JESUS CURA A DOS CIEGOS Y AYUDA A ZAQUEO
            MATEO 20:29-34 MARCOS 10:46-52 LUCAS 18:35-19:10


               ´                     ´              ´               ´
            Jesus y los que viajan con el llegan a Jerico,  te, que te esta llamando” (Marcos 10:49). El cie-
                   ´                      ´                                     ´
            que esta aproximadamente a un dıa de camino  go, emocionado, se quita rapidamente el man-
                     ´       ´   ´                                                             ´
            de Jerusalen. Jerico esta formada por dos par-  to, se pone de pie de un salto y va hacia Jesus.
                                                                      ´                   ´
            tes: la ciudad antigua y la ciudad nueva, que  Entonces Jesus les pregunta: “¿Que quieren
               ´           ´
            esta a casi dos kilometros (una milla) de distan-  que haga por ustedes?”. Ellos le suplican: “Se-
                                   ´                     ˜
            cia y fue construida en la epoca romana. Cuan-  nor, que se nos abran los ojos” (Mateo 20:
                  ´                                                ´
            do Jesus y la multitud que lo sigue van de una  32, 33). Jesus se compadece de ellos, les toca
            parte de la ciudad a la otra, dos mendigos cie-  los ojos y le dice a uno: “Vete, tu fe te ha cura-
            gos oyen el alboroto. Uno de ellos se llama Bar-  do” (Marcos 10:52). En ese momento, los ciegos
            timeo.                                      recuperan la vista y de inmediato comienzan a
                                        ˜
              Cuando Bartimeo y su companero se enteran  glorificar a Dios. Al ver esto, todo el pueblo tam-
                      ´    ´              ´               ´              ´
            de que Jesus esta pasando por ahı, empiezan a  bien alaba a Jehova, y los dos hombres empie-
                      ˜                          ´                      ´
            gritar: “¡Senor, Hijo de David, ten compasion de  zan a seguir a Jesus.
                                                  ˜
                                                                      ´
                                                                                             ´
            nosotros!” (Mateo 20:30). Algunos los reganan  Mientras Jesus cruza la ciudad de Jerico, mu-
                                                           ´
            y les ordenan que se callen, pero ellos gritan  chısimas personas lo siguen. Todos quieren ver
             ´    ´           ´       ´                                                         ´
            aun mas fuerte. Al oırlos, Jesus se detiene y les  al que ha curado a los ciegos. Pero, como Jesus
                              ˜                            ´
            pide a sus acompanantes que llamen a estos  esta totalmente rodeado de gente, algunos ni
                           ´
            hombres que estan gritando. Ellos se acercan a  siquiera pueden verlo. Esto es lo que le ocurre a
                                        ´        ´
            los mendigos y le dicen a uno: “¡Animo! Levanta-  Zaqueo, el jefe de los cobradores de impuestos
                                                                ´
                                                        de Jerico y sus alrededores. Como es de baja
                                                                                     ´           ´
                                                        estatura, no puede ver lo que esta pasando, ası
                                                                                        ´
                                                        que se adelanta y se sube a un sicomoro o hi-
                                                                          ´
                                                        guera moral que esta en el camino por donde va
                                                                   ´         ´
                                                        a pasar Jesus. Desde allı, puede ver todo mejor.
                                                                   ´
                                                        Cuando Jesus se acerca y ve a Zaqueo subido al
                                                         ´
                                                        arbol, le dice: “Zaqueo, baja enseguida, que hoy
                                                        tengo que quedarme en tu casa” (Lucas 19:5).
                                                        Zaqueo baja y corre a su casa para recibir a su
                                                        invitado de honor.
                                                                                     ´
                                                          Cuando la gente ve lo que esta pasando, em-
                                                                                                ´
                                                        pieza a murmurar. No les parece bien que Jesus
                                                        vaya a la casa de un hombre que ellos conside-
                                                        ran pecador, ya que Zaqueo se ha hecho rico
                                                        presionando a los que les cobra impuestos para
                                                                    ´
                                                        que le den mas dinero del debido.
                                                                     ´
                                                          Al ver a Jesus entrar en la casa de Zaqueo, la
                                                        gente protesta: “Fue a hospedarse en la casa
                                                                                        ´
                                                        de un pecador”. Sin embargo, Jesus cree que
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