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Gestión del tiempo en el trabajo


               La  gestión  del  tiempo  es  fundamental  en  una  sociedad  en  la  que  vivimos
               sobrecargados de tareas y distracciones, informalmente conocidos como “ladrones de
               tiempo”.  Con  la  gestión  del  tiempo  nuestra  productividad  se  dispara  mejorando  la
               calidad del trabajo y, en última instancia, los beneficios generados para la empresa. A
               nivel  personal,  una  adecuada  gestión  del  tiempo  es  esencial  para  mantener  una
               adecuada calidad de vida: la mala gestión del tiempo puede llegar a provocar estrés,
               ansiedad  y  caos.  En  cuestiones  laborales,  una  mala  gestión  del  tiempo  puede
               desembocar en pérdidas económicas y de enfoque de la empresa.

               En primer lugar, debemos trabajar en un entorno ordenado y organizado. No podemos
               comenzar a hablar de la gestión y administración del tiempo si nuestra mesa de trabajo
               está  totalmente  desordenada.  Deberemos  dedicar  unos  minutos,  preferiblemente  al
               final de la jornada laboral, para recoger y clasificar documentos, folios y herramientas
               de trabajo con el propósito de contar con un entorno organizado.

               La agenda es nuestra mejor herramienta en la gestión del tiempo. Algo tan simple como
               una  libreta  y  una  pluma  nos  permite  planificar,  organizar  y  priorizar    todas  nuestras
               tareas,  nuestro  tiempo  destinado  para  cada  rol  en  los  diferentes  negocios  que
               manejaremos  en  ésta  empresa,  además  de  nuestras  citas  y  nuestros  compromisos.
               Debemos  tenerla  siempre  disponible  para  apuntar  nuestros  nuevos  compromisos  y
               poder revisarla regularmente para recordarlos.

               Paso  previo  a  la  planificación  de  las  tareas  es  el  establecimiento  de  los    objetivos.
               Estos deben ser ambiciosos pero también realistas y alcanzables para ser capaces de
               motivarnos y estimularnos.

               En función de los objetivos marcados planificaremos nuestras tareas y funciones. Es
               recomendable  identificar  por  adelantado  las  tareas  a  realizar  cada  semana  (o  cada
               mes, en función de la magnitud del proyecto). Recordemos siempre realizar un objetivo
               mensual a alcanzar en cada negocio, con su respectiva propuesta o guía de trabajo.

               Con la agenda en la mano podremos priorizar. Dandole un orden de importancia a las
               tareas  podremos  reservar  el  tiempo  suficiente  para  realizar  las  importantes.  Es
               fundamental definir cuáles son las tareas prioritarias para asegurarnos de su ejecución.


               Cuando  ya  tengamos  tiempo  asignado  para  realizar  cada  tarea  prioritaria  podremos
               planificar la realización de las tareas no prioritarias. Siempre tenemos que contar con
               un margen para afrontar posibles imprevistos. Es por ello de suma importancia que nos
               marquemos tiempos y horarios para la realización de cada grupo de actividades.


               Debemos  conocer    cuáles  son  nuestras  horas  de  mejor  rendimiento,  en  las  que
               estamos más concentrados, tenemos menos interrupciones. Intentaremos realizar las
               tareas prioritarias en estos tiempos para realizarlas del modo más eficiente posible. Las
               tareas no prioritarias las realizaremos siempre en nuestras franjas horarias de menor
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