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sobre el primer caso positivo: “Estamos haciendo el control y monitoreo tenía Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), acompañada
a más de 80 personas con las que la paciente tuvo contacto y realizando de artrosis. Asistió a su control anual, dado que la conocemos desde nues-
el aislamiento respectivo” . tros inicios, y de acuerdo a los nuevos pasos a seguir le dije: “Muchas
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Como consecuencia, el virus se convirtió en el eje central de toda con- gracias por venir, pase, es un gusto atenderle, ¿Tiene tos, fiebre, dolor de
versación. Los pacientes, entre susto y risa decían “¿Será el CORONA, garganta, ha viajado los últimos 14 días a zonas de transmisión comuni-
doctorcito?” al indicar que la tos les había llegado de manera repentina. taria de COVID 19?”, su respuesta fue: “No Licenciada, nada de eso”.
Era difícil dar una respuesta, ya que lo único conocido, era que estaba en Sus palabras fueron un respiro para mi alma y la de mis compañeros, con
Guayaquil, donde las autoridades ya desarrollaban las acciones necesa- la tranquilidad que implica aquello, pensando en la posibilidad de seguir
rias para frenar, en algo, la expansión del virus, lo que daba un poco de abrazando a la familia.
tranquilidad para regresar a los hogares. Sin embargo, el oxímetro de pulso marcó 77% de saturación, y su hija
Ya en la primera semana de marzo, era fundamental abastecer al mencionó que su madre, una semana atrás, había asistido al mercado de
centro de salud de insumos médicos, factor primordial para cubrir la de- alta afluencia en la ciudad, sitio en el que un comerciante falleció por el
manda de los usuarios. Me correspondió hacer el contacto para cumplir virus. La suerte cambió. Como obviedad, el antecedente de EPOC arro-
con este requerimiento; sin embargo, toda la emoción que tenía, compar- jaría una disminución en la saturación de oxígeno en sangre, es un hecho;
tida con los compañeros ante el crecimiento del lugar, se desmoronó al no obstante, ante la exposición en el mercado, la consulta debería ser de
otra manera y manejada por las autoridades. Ella normalmente, juntando
recibir la siguiente respuesta del proveedor: “No licenciada, no tengo ni
alcohol ni mascarillas”. Es obvio que el sistema de salud público es el sus manos como para rezar, solía decir: “Primero Dios y después usted
primero en jerarquía y en recibir todo lo que necesita para su funciona- mi Doctorcito, muchas gracias a Usted estoy bien”
miento; sin embargo, centros como el que fundamos, forman parte de la Conforme al procedimiento establecido por las entidades guberna-
red complementaria de salud, así que algo podríamos recibir algún mo- mentales, al tener casos sospechosos, y hasta que no se demuestre lo
mento, más allá de entrar en una horrorosa lista de espera. Por lo tanto, contrario, correspondía establecer el cerco epidemiológico, tanto para
la manera de aprovisionarnos debía modificarse y empezó a depender, ella y sus cercanos, así como para el compañero médico que la atendió,
exclusivamente, de los propios medios para lograrlo. Sin esos elementos quien tendría que pasar obligatoriamente al aislamiento por catorce días,
no podríamos continuar en excelencia. confiando en que la enfermedad no se manifieste.
Abril, y una usuaria sospechosa de coronavirus llegó a las instala- Entonces, recapitulando, el escenario del centro había cambiado. De
ciones. Para el momento, ya funcionaba el protocolo de atención por la los dos médicos, el primero ejerciendo en el sistema público con jornadas
emergencia sanitaria que habíamos establecido, el mismo que incluía el de más de ocho horas diarias, con limitada atención en lo privado durante
uso de trajes de bioseguridad. Además, el personal del centro médico algunas tardes; por su parte, el segundo entrando en cuarentena ante la
está certificado por la Organización Mundial de la Salud OMS en Ma- potencial exposición. Quedábamos las dos, enfermera y auxiliar de enfer-
nejo de Pacientes Sintomáticos Respiratorios COVID-19, documento mería, para cubrir la demanda, con tendencia a la baja, de usuarios en el
que está publicado para la lectura de los pacientes. En otros casos, lle- horario permitido, al tiempo de mantenernos arriba emocionalmente para
gaban a consulta, tomando las precauciones necesarias, pero me decían: aguantar lo que vivimos. El reto es mantener la motivación lo más alta
“Muchas gracias Licenciada, si vine poniéndome alcohol en las manos, posible, para seguir trabajando sin ser presa del miedo.
pero deme no más el gel”. Había otro grupo de pacientes y familiares Sucede que los lunes, por la mañana, el teléfono suena sin parar, dadas
que esperaban en sus automóviles el momento de poder ingresar, y no las llamadas de los usuarios que pretenden agendar una cita con sus mé-
en la cálida sala de espera a la que le dedicamos tanto esfuerzo durante dicos de confianza. Ante el cuadro descrito solo nos quedaba responder
su construcción. Son cosas a las que habrá que acostumbrarse hasta que con tono de tranquilidad: “Mil disculpas por no poder ayudarle, este
los procedimientos sean comunes para todos, dentro de las instalaciones. momento, en la tarde encantados” mientras que, por dentro, la tristeza
Todo cambió ese día dos de abril. Llegó una paciente que, como conse- recorría las venas, desde varios puntos de vista. Esperar que un paciente
cuencia de sus años de trabajo y exposición a la biomasa (humo de leña), llegue en la tarde al centro, lo cual era poco probable, era como tener
en las manos una caja de mascarillas quirúrgicas en menos de cincuenta
dólares, es decir, difícil de obtener.
3 Declaraciones referente al primer caso confirmado de Covid-19 en Ecuador
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