Page 96 - Demo
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Después regresó con su maestro.
-¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro.
-Nada.
-En ese caso, regresa al cementerio y lanza toda clase de insultos hacia ellos.
El discípulo regresó hasta el silente lugar.
A todo pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios contra los muertos.
Luego de unos minutos volvió junto a su maestro, que le preguntó al instante:
-¿Qué te han respondido los muertos en esta ocasión?
-Nada-, repuso el discípulo.
El maestro le dijo:
-Así debes ser tú: ‘’Indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros’’.
82 ASPICARD 100 EL HUMOR ES UN REMEDIO III























































































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