Page 11 - El manuscrito Carmesi
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Antonio Gala             Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/  El manuscrito carmesí

                     como cantó el romance de los  castellanos—, logre alcanzar, ya que yo no, manos
               andaluzas.  Y, de ellas, siguen las vuestras siendo las  más significativas y las menos
               manchadas.  No espero nada de vosotros: ni  un retorno, ni una correspondencia, ni la
               reivindicación; pero lleváis aún sangre nazarí, la única sangre nazarí incontaminada que hay
               ya sobre la tierra. Mis antepasados hicieron Granada, y la deshice yo; leed sin prisa estos
               papeles para que sepáis cómo. Pero si os cogen desganados, arrojadlos al mar, o arrojadlos
               al fuego: dará igual; no se perderá nada. Aunque debéis saber que en ellos sólo relato lo
               que fue; de lo que  será, nada sabemos.  El  Todopoderoso dirá a  su hora la palabra que
               quiera. Una historia —no lo echéis en olvido— no puede contarse bien hasta que concluye.
               Comienza, por lo tanto, el turno vuestro. El mío se agotó:

                     “Lo que temí perder yo lo he perdido; lo que esperé ganar ya no lo espero”.

                     Mi esperanza se ha muerto antes que yo; la que me queda es muy humilde: que este
               legado no testifique contra mí.

                     “No te levantes tú, corazón, en mi contra también.
                     Una vez muerto, no te levantes, corazón: descansa.”

                     Debo irme ya. He de armarme —procuraré hacerlo solo— para acudir a la batalla. No
               retornaré de ella: ni vivo, ni muerto. Deseo entregarme a las aguas del río, como Aliatar en
               la derrota de  Lucena; que no pueda encontrar nadie los restos del que fui, ni mis armas
               reales.  Saldré sin despertar a  Amín ni a  Amina.  Estarán juntos, idénticos y amantes,
               rezumantes de vida sobre la misma cama. ¿Para qué despedirme de nada ni de nadie?
               Todo está concluido.
                     Dios a sí mismo se interpreta; pero yo dudo que le haya dado a ningún rey un salario
               peor que el que me ha dado a mí.











































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