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94   La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               días, y cosas, y tiempos. Uno ha pasado a la eternidad, de donde uno viene. Uno estaba Allí,
               para comenzar. ¿Ven?

               PROBANDO SU PALABRA
               16 de agosto de 1964 [64-0816]
               Rev. William Marrion Branham
               Jeffersonville, Indiana, Estados Unidos
                   [Párrs. 210-211 incluidos en Citas, pág. 134, párr. 1197]
                   [Párr. 236 incluido en Citas, pág. 135, párr. 1199]
                   210  Él prueba todas Sus Palabras, todas Sus Palabras. Piénselo, ¡todas Sus Palabras! Y usted
               era Su Palabra. Él era la Palabra, y usted era parte de Su Palabra. Y por eso usted fue enviado
               aquí: para confirmar su lugar en esta vida. Yo no creo que hayan captado eso. Vean, Él es la
               Palabra. ¿Ahora lo captan?
                   211  Él estaba en los pies, en Lutero; en los muslos, en Wesley; en los hombros, en Pentecostés.
               ¿Ven lo que quiero decir? Él es la Cabeza. Tenemos una parte que une eso, esta hora que
               estamos viviendo ahora; no la parte de los pies, no la parte de los muslos, no la parte de
               los hombros, sino la parte del cuello. ¿Es eso cierto? Eso se une con la cabeza. Esa es la
               parte del cuerpo. Dios traerá a los que están dormidos en Jesús con Él. La Trompeta de Dios
               sonará, y los muertos en Cristo se levantarán primero. ¿Es eso correcto? Vean, ustedes llegan
               a ser una parte de esa Palabra, llegan a ser una parte de Él. Y ustedes toman Su Nombre para
               reconocerlo, ¿ven? Son colocados allí, bautizados en Su Nombre, en Su Cuerpo: “Por un solo
               Espíritu somos todos bautizados en un solo Cuerpo”, aquí, exactamente en la misma posición.
                   (…)  [236]  “En aquel día el Hijo del Hombre se revelará”. ¿Para qué? Para unir la Iglesia a la
               Cabeza, unirlos, el matrimonio de la Novia. El llamado del Novio vendrá aquí por esto, cuando
               el Hijo del Hombre baje y venga en carne humana para unir a los dos. La Iglesia tiene que ser
               la Palabra, Él es la Palabra, y los dos se unen; y para hacer eso se necesitará la manifestación
               de la revelación del Hijo del hombre. No algún hombre eclesiástico.¿Pueden ver lo que quiero
               decir? Vean, es el Hijo del Hombre, Jesucristo, que descenderá en carne humana entre nosotros,
               y hará tan real Su Palabra que eso lo unirá a Él con la Iglesia, la Novia, y entonces Ella se irá al
               Hogar, a la Cena de las Bodas. Amén. Ella ya está unida; vean, vamos a la Cena de las Bodas,
               no al casamiento. “… para que comáis de toda la carne de los hombres poderosos, porque
               han llegado las bodas del Cordero”. Pero en el Rapto es que subimos a la Cena de las Bodas.
               Cuando la Palabra, aquí, se une con la persona, y los dos llegan a ser uno. ¿Y entonces qué
               hace? Manifiesta al Hijo del Hombre nuevamente, no a los teólogos de la iglesia. ¡El Hijo del
               Hombre! La Palabra y la Iglesia llegan a ser uno. Cualquier cosa que hizo el Hijo del Hombre,
               Él fue la Palabra, la Iglesia hace lo mismo.


               PREGUNTAS Y RESPUESTAS #4
               30 de agosto de 1964 [64-0830E]
               Jeffersonville, Indiana, Estados Unidos
               Rev. William Marrion Branham
                   [Pregunta 396]. ¿Cree usted que alguna vez la pequeña Novia viviente se reunirá en alguna
               parte y tendrá todas las cosas en común, como lo hizo la primera Novia, quizás justo antes de
               la Venida del Señor Jesús en las nubes?
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