Page 16 - El Final del Cuento
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23 de Julio 2017
No sé cómo alguien la encontró allí, sobre todo después de tanto
tiempo. Hacía años que se la daba por muerta.
Todos habían dado por hecho que había sido un pederasta que la
había secuestrado y después de usarla un tiempo la habría matado y luego se
habría desecho del cadáver. Los cuerpos de los niños son mucho más fáciles
de esconder pero tener a alguien en cautiverio desde hace más de 10 años
no es tan fácil.
Fue algo tan repentino que no tuvimos casi pistas, del cole a casa, dos
calles y 5 minutos de viaje donde él la interceptó y Dios sabrá con qué
excusa consiguió engañarla. No solo se la llevó, eso no fue lo único que hizo
con ella. La destruyó, la convirtió en un ser infantil y a la vez salvaje, sin
contacto con nadie, salvo él, y sin haber visto el mundo exterior.
Al vernos casi nos mata, gracias al entrenamiento tenemos los reflejos
listos para estas situaciones.
Todavía no sé por qué a esos jóvenes se les ocurrió ir hasta aquel
pueblucho abandonado en mitad de la nada. Nadie residía allí desde la
guerra y el camino de 10 km en coche por un camino de piedras así no
debería haber pasado inadvertido por los vecinos del pueblo, pero fue
discreto y tuvo paciencia.
Allí encontramos todas las pruebas suficientes para conocer su
identidad y en dos días ya le teníamos en el calabozo.
El muy cabrón explicaba que la seguía teniendo porque no se moría,
que la mayoría de las niñas morían a los 3 o 4 meses de haberlas
secuestrado. En cuanto encontramos sus tumbas se zanjó su destino.