Page 47 - VEJIGANTES FINAL JUNIO 2013 MASTER PARA TIENDA EC1
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SEGUNDO ACTO


            Al descorrerse el telón, se desvanece el golpear sobre las timbas.
            Aparece una sala de arquitectura moderna amueblada al estilo de
        la época: sofá, butacas y una mesa de centro sobre la cual descansa una
        pequeña radiola. La mesa permite un espacio para ceniceros y otros usos.
            Salida al comedor y a la cocina por un claro a la izquierda. Entrada
        de la calle por un amplio claro rectangular al fondo. A lo largo del pasillo,
        se dibuja una reja ornamental que descubre el jardín de flamboyanes
        florecidos y otras formas de vegetación tropical. Algunas viviendas del
        Condado acusan su silueta detrás de los flamboyanes. Una puerta enrejada,
        en armonía con el claro del fondo, permite la entrada al jardín.
            En el recodo de la pared izquierda y el fondo, se distingue un gran
        retrato fotográfico de Benedicto a los cincuenta años. Las patillas y el bigote
        canosos del gallego contrastan con la boina negra.
            En el recodo de la pared derecha y el fondo, se distingue el cuadro al
        óleo de un español cuarentón de aspecto plantígrado, cutis sonrosado y pelo
        castaño.
            La sala se recorta en penumbra. Los claros se definen por luces reflejas.
        Un plateado relumbre de luna acusa los flamboyanes del jardín y el diseño
        de la reja.
            Mamá Toña, la Toña del palmar, cuarenta y cinco años después, se
        enmarca en el claro del fondo y enciende la lámpara central de la sala. La
        luz descubre el contraste de su tez achocolatada con el algodón del pelo,
        recogido en duros moños detrás de las orejas. Su cuerpo aunque un poco
        encorvado, conserva agilidad. Viste de blanco.
            Mamá Toña se acerca a la radiola. Saca un disco fonográfico de un
        sobre que ha traído consigo. Hace un esfuerzo por leer el sello del disco, se
        restriega los ojos y lee nuevamente. Asiente con satisfacción y abre la tapa de
        la radiola. Pone el disco en el plato giratorio y hace funcionar el mecanismo
        de éste. Baja la tapa y espera el sonido con una sonrisa entre pícara y alegre.
            Se escucha quedamente la bomba titulada «Joyalito», primero un
        golpear sobre las timbas Consentida y Malcriada, luego la voz que
        acompaña la percusión.




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