Page 54 - VEJIGANTES FINAL JUNIO 2013 MASTER PARA TIENDA EC1
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Francisco Arriví VEJIGANTES
MAMÁ TOÑA
No gastes más saliva... ¿Qué me esconda en el rincón más oscuro
de la casa y aguante el aliento? ¿Eso es? Pues lo aprendí hace tiempo.
He tenido que vivir como el juey, asomándome a la boca de la cueva
cuando no hay nadie por los alrededores.
MARTA
Tan pronto Bill se entusiasme del todo...
MAMÁ TOÑA
(Con un gesto hacia el cuadro de la izquierda.) Ni tu padre, que
jamás tuvo que empañetarse (señalando el rostro de Marta) la cara con
blanquete, me pidió tales humillaciones. Es verdad que nunca se casó
conmigo-¡quiera el diablo descontárselo en las pailas del infierno!-,
pero me presentaba a muchísimos amigos, y los amigos entendían que
yo era su mujer. Y tu marido (con un gesto hacia el cuadro de la derecha),
¡ahí la perla de tu marido, un asturianote de almacén más parecido a un
oso que a un ser humano, borrachín, mal hablado y abusador contigo,
solía pasearme por esta ciudad que mis tatarabuelos defendieron de los
ingleses! Eso agradezco al par de españoles que no puedo agradecer (con
una inclinación frente a Marta) a Su Majestad.
Marta guarda silencio. Mamá Toña se dirige al claro del fondo. Se
detiene y piensa un segundo.
MAMÁ TOÑA
(Volviéndose.)
Y el tomate pintón, ¿por qué se habrá retrasado?
MARTA
(Meneando la cabeza.)
No sé.
MAMÁ TOÑA
Un mes de visitas corridas y después... nubes y tristezas de Clarita
durante siete días.
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