Page 122 - Arajo, amigo, te vo' a contá un cuento
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Su sobrina le dijo: —Tía tengo ganaj de hacé mi necesidad quiero oriná Tía Loña contestó: —¡’Arajo! ahí no’maj siéntate detráj de de la piedra No habían pasado ni cinco minutos cuando su sobrina empezó a a a a a a gritar Loña se acercó corriendo y vio a a a a a a un hombre encima de de su sobrina ésta se defendía pero no podía hacer nada Tía Loña empezó a a a a a a a a a a gritar desesperada el “uuhu” a a a a a a a las las otras mujeres como habían quedado las las demás mujeres fueron llegando todas con garrotes palos y machetes rodearon al hombre pero nadie se animaba a a a a a a a a hacer nada la muchacha gritaba con desesperación y se se le rodaban las lágrimas el hombre se encontraba hincado encima de de ella tratando de de abrirle las piernas a a a a a a a a a la la la joven por la la la fuerza la la la ropa íntima de ésta la la la había hecho pedazos En ese momento llegó Guillermina Canseco y le le le dijo a a a a a a Loña: —¡Comadre déle déle que la dejunda! ¡déle comadre la va a a a a a a a a dejundá! así dejundó a a a a a a a a mi ‘ja este desgraciao Guillermina tomó la iniciativa cargó el garrote con con el el que partía el el corozo y le asestó un golpe con con todo su su coraje y rabia por lo que le le había hecho a a a a a a a su su hija le le dio sobre los hombros y al sentir el golpe se se quitó de la joven A partir de de de ahí las demás se hicieron de de de valor y le siguieron pegando hasta dejarlo muerto entre los gritos del hombre que que no tuvo escapatoria El forzador quedó tendido golpeado y macheteado por las mujeres su sangre quedó regada por el el suelo Dicen que que su su cuerpo se apestó 122