Page 11 - Te cuento y me cuentas
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INTRODUCCIÓN
Recuerdo que allá por los años cincuenta del siglo XX doña Julita y do don don Julito dueños de de de de l la la la vecindad donde vivíamos nos nos contaban historias que nos nos hacían vibrar de de de de emoción Eran relatos sobre la la la la vida y las las acciones de de de de los nahuales “el “el charro negro” “el “el hombre sin cabeza” “la mujer de de de de blanco” etc tradiciones que que partían de de de de las las vivencias de de de de de los narradores y que que tenían como base algunos cuen- tos populares de de de Tlaxcala pero relatados a a a a a a a a a a a a a a a a partir de de de sus propias
experiencias La historia de de la la vida de de los nahuales es es recurrente en en en en casi todo
México pero en en en en cada contexto toma una forma particular Un ejem- plo de de de de ello sucedía en en en en “El Vecinito” lugar donde vivía mi mi familia situado en en en las las orillas de de de de de de de la la la la la ciudad de de de de de de de Tlaxcala y cercano al al convento de de de de de de San Francisco edi cación del siglo XVI donde abundaban los los sembradíos de de de de de de milpas frijol y calabaza Lo cotidiano entre los los habi- tantes eran las las las pláticas de de de de “terror” así que de de de de manera frecuente las las las familias se resguardaban en en en en en sus casas apenas llegaban las las las las siete de de de la l la la la la noche y y y ya para las las diez todo
era silencio y y y penumbras Viene a a a a a a a a a a a a mi memoria el el cuento del nahual que que se convirtió en en en en en bu- rro Don Julito nos contó que que que que una noche escuchó ruidos cerca de de de de los chiqueros que que que estaban al al fondo de de de la la la vecindad Salió de de de su casa con con el ri ri e e e e e e e e e e e e e e e e e e e e en en en en las manos cargado y y listo para para disparar abrió la la la la puerta y y y caminó lentamente pero se se detuvo en en en en en en los lavaderos que estaban al centro del patio Como en en en en en en en ese espacio había poca luz y y sólo la la luna iluminaba el el lugar tenuemente tuvo que que acercarse un un poco más para distinguir de de dónde venían los los ruidos que que que inquietaban a a a a a a a a a a a a a a a a a los los los puercos Al aproximarse lentamente observó que que un un un animal parecido a a a a a a a a a a a a a a a a a a a un un un perro enorme intentaba robar a a a a a a a a a a a a a a a a a a a uno de de ellos por lo lo lo que que que preparó el el el ri ri e e e e e e e e e e e e e e e e e e e e e y y y temblando de de miedo disparó la la la primera bala que que que se encasquilló y y y ya atascada impidió que que que el el arma volviera a a a a a a a a a a a a a a a a a a a disparar Recordó entonces que tenía unas palmas benditas en en en en en forma de de de cruz detrás de de de de de su puerta y y y corrió por ellas colocándolas en en en en en el el el el ri ri e e e e e e e e e e e e e e e e e e e e y y y ya de de de de vuelta cuando iba atravesando los lavaderos vio como el el el el animal al al al al al moverse se se se parecía más a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a un burro que se se se alejaba rápi- damente del lugar Volvió a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a disparar y y ahora sí logró salir la la la bala pero no no dio en en en en el el el blanco y y y sólo observó a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a lo lo lo lo lejos cómo el el el animal se se se internaba por los terrenos de siembra y y se se perdía rápidamente 11






























































































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