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Entrevista Mario Parmisano
“Mi vida está en el camino”
El pianista argentino reconocido en el mundo por ser el
lugarteniente durante años de Al Di Meola y uno de los intérpretes
más experimentados de la obra de Astor Piazzolla, relata sus
experiencias en la primera línea del negocio musical. Desde sus
comienzos como sesionista todo terreno hasta los casi dos mil
conciertos realizados con Di Meola alrededor del planeta.
A pocos músicos le ocurre eso de tocar con sus héroes musicales. Vos sos
uno de esos privilegiados…
Sí, tuve la suerte de conocer músicos que veía en la contratapa de los discos:
Larry Carlton o Abraham Laboriel por ejemplo. Tocar con ellos es una bendición.
Ocurrió todo de golpe desde el año 1993 que fue cuando conocía a Al Di Meola
en el teatro Opera. Hasta entonces yo había grabado casi cien discos como
sesionista para diversos músicos, Sandro, María Marta Serra Lima, Carlos Javier
Beltrán, Silvestre, hacía de todo.
¿Cómo comenzó tu formación musical?
Estudié piano clásico en el conservatorio Thibaud-Piazzini, el mismo donde estudió
Charly García. Todo eso me vino estupendamente porque tener la técnica clásica
me permitió tocar músicas complejas sin demasiados problemas. Es como estudiar
un idioma extranjero de chico, se te hace más fácil y más natural. No es lo mismo
hablar otro idioma desde chico que hacerlo de adulto.
