Page 44 - METAFÍSICA 4 en 1 edicion 1 y 2
P. 44
―POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS‖. SI TÚ ESTÁS DESCONTENTO, FASTIDIADO, SIN
ILUSIONES, ESTÁS INSATISFECHO PORQUE NO ESTÁS OCUPANDO TU SITIO NI HACIENDO LO QUE
TE PERTENECE. De manera que el descontento es útil, puesto que te indica que debes orar científicamente
para que se te presente TU SITIO. Es algo que amas hacer. Es lo que más gozas haciendo.
Recuerda lo siguiente:
CUANDO DIOS TE LLAMA A SU SERVICIO, ÉL PAGA TODOS LOS GASTOS EN EL TIPO DE MONEDA
QUE SEA! TODO LO QUE TE SEA NECESARIO PARA CUMPLIR CON TU MISIÓN, DIOS LO PROVEE.
DINERO, OPORTUNIDADES, CONOCIMIENTOS, ENTRENAMIENTO, LIBERTAD, FUERZA, VALOR,
TODO! SIEMPRE QUE ESTÉS DISPUESTO A UNIR TU VOLUNTAD A LA SUYA.
La Voz de tu Alma es La Voz de Dios, y a esa voz hay que obedecer tarde o temprano.
EL RETRATO DE LA CONCIENCIA TERRENA DE HOY
Cada familia que se forma, cada pareja que se casa y tiene hijos, se dedica a acumular una fortuna. Esta
fortuna la logra, si es que la logra, a costa, no sólo de trabajos y sacrificios, como de esfuerzos por ganarla con
todos los trucos modernos de viveza, pajarobravismo, cobrando de más o afincándose cada vez que puede.
Cada vez que el socio o comprador, o sea, que el pagador del momento es rico, no se tiene en consideración
que el pagador tiene un sin fin de obligaciones proporcionadas a sus medios. ―Tiene plata y puede pagar‖, es
la consigna. A su vez el pagador sabe que le van a cobrar de más y trata de sacar todo a mitad de precio,
tratando de exprimir al vendedor del momento, dando por sentado que aquél lo quiere aprovechar, sea ésta la
verdad o no, no importa, ―hay que estar ojo pelao‖, es otra consigna. Allí tienen las dos consignas: ―Tiene plata
y puede pagar, hay que sacársela‖ y ―Hay que estar ojo pelao, me lo quiere quitar‖. Es la conciencia de robo
que impera por todas partes. Esta conciencia, como los pensamientos, se transmiten, entran y salen de las
mentes y se quedan allí donde encuentren afinidades. Son recibidos por los atrasados, los de poca evolución y
los impulsan al robo, al atraco y al crimen. Esa es una de las razones del hamponato vigente.
Esta tensión constante de parte y parte hace que no se pueda pensar en otra cosa. La tensión se vuelca
sobre el pobre cuerpo físico que se enferma con úlceras, porque la preocupación y el cálculo perduran a través
de las horas de comida; por cáncer, porque el veneno de los disgustos lo absorbe el cuerpo, y los infartos,
porque no se emplea para nada el amor del corazón que es el óleo que todo lo suaviza, todo cura. Todo lo
contrario, mientras más inteligencia y menos sentimiento, mejor es para el negocio. Podría yo continuar
enumerando males causados por estas consignas, pero creo que bastan estos ejemplos.
Estas consignas y esta conciencia se extiende a través de todas las actividades de la vida. No es solamente
en el negocio de compra y venta. En un hospital se atiende a un enfermo, se opera a otro, con la vista puesta
en su bolsillo. El único amor que se evidencia es el del médico cirujano hacia la labor de sus manos. Pero no
es amor puro como sería el que este médico se desvelara por sus enfermos. Por supuesto que siempre hay
quien obre con amor, pero la generalidad actúa lo mejor que puede por intereses creados. El cirujano opera lo
mejor que puede por una combinación de interés en el asunto que está operando, e interés en su prestigio y
esto no es virtud, entiéndase. Poco le importa que lo tilden de ladrón aprovechador. La cosa es que digan ―qué
tronco de cirujano, no hay otro igual‖, para que esta fama le permita poder cobrar lo que se le antoje sin
consideraciones. El amor por su trabajo está pues empantanado por el lucro, y ¿para qué todo ese lucro?, para
comprar quintas, casas quintas, automóviles, viajes, ropa y amueblado que a su vez suban el prestigio; para
adquirir peroles, que se hacen obligatorios porque todo el mundo los tiene. Se pagan los más caros colegios y
se visten los muchachos con la ropa más lujosa, que se desea adquirir. Este constante pugilato necesita que la
mente esté todo el día ocupada en toda esa secuencia material. No se le da un instante de pensamiento a lo
espiritual, a las condiciones que van a encontrarse del otro lado ¡como si esto no existiera, ni fuera preciso
considerarlo siquiera!
Del otro lado lo que se encuentra es lo siguiente: EL CUERPO FÍSICO ES UNA ESPONJA QUE CHUPA
LOS EXCESOS MENTALES , ANÍMICOS Y SENSORIOS. La excesiva emotividad la soportamos porque
tenemos un cuerpo que absorbe. Nadie sabe que esta absorción se convierte en daños a los órganos y a la
piel los cuales se enferman. Son los achaques constantes de todos los humanos. Después de la muerte no hay
cuerpo físico que chupe, y la emotividad incontrolada, mal educada, se desboca. El ser está más sensibilizado
y siente todo profundamente. Oye todo lo que dicen de él los que han quedado aquí. Como éstos no saben
que el que murió los está oyendo, hablan y desbarran, exageran y calumnian a su antojo. El que los escucha
se desespera porque no puede debatir ni desmentir. Pide a grito volver a encarnar para quitarse la tortura y
obtener el olvido que da la reencarnación, la inconsciencia de males pasados. Ese es el infierno que acabo de
describir; es el purgatorio si los males se pueden soportar hasta que hayan salido y se hayan retirado.
Llega el dia de la muerte y lo que interesa es que la viuda y los hijos hayan quedado bien ―fondeados‖ a
prueba de miseria o de estrechez. Se considera que a los muchachos se les ha dado una buena educación
porque se les enseñó a conducirse en la vida con la misma serie de tácticas. Si es mujer, que se case con un
chico de esas mismas condiciones. La forma de descansar la mente y los sentimientos agotados y deprimidos
a fuerza del clima negativo en que se circula todo el día y todos los días, es dando o asistiendo a una fiesta
para levantar el ánimo a fuerza de ―palos‖ que llamamos. En vez de liberar Karmas, que a eso se ha venido a
la tierra, se acumulan mucho más, los cuales se apelmazan sobre los anteriores ya existentes formando
44