Page 51 - METAFÍSICA 4 en 1 edicion 1 y 2
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complicadísima  que  no  le verás el fin. En cambio, acepta la acusación y di: ―Es verdad, sí lo hice‖. Verás
            desvanecerse  la  acusación  junto  con  la  ira  del  que  venía  atacándote.  Le  verás  avergonzado  de  su  propia
            violencia. Lo verás ensalzándote. Lo verás convertirse en tu amigo del alma. Jamás niegues algo por orgullo,
            o por no quedar mal, o por temor de lo que te pueda caer encima. La Verdad de Dios. Cuando lo confieses,
            sabiendo  que estás invocándolo verás el Espíritu Divino actuando entre los hombres. La verdad SIEMPRE
            está de parte tuya. Acostúmbrate a no temerle. La Verdad no puede obligarte a mentir, como por ejemplo,
            cuando te enfrentes a un caso en que decir la verdad te acarrea un problema. Quiero decir, cuando la verdad
            implica a otro, delata alguna cosa vergonzosa, invócala y dile, como quien invoca a Dios mismo, ―SÁLVAME.
            NO  QUIERO  DAÑAR  A  NADIE.  TÚ  NO  PUEDES  NI  OBLIGARME  A  MENTIR,  NI  PRODUCIRME
            PROBLEMAS POR LEALTAD HACIA TI‖ Y verás desvanecerse la situación peligrosa.
                El reconocimiento de Dios en la Verdad te evitará horas de trabajo y cansancio cuando estés buscando
            información, o cosas así como un objeto perdido, un lugar, una casa, una persona, etc. La información que sea
            necesaria te vendrá en alguna forma. Algo ocurrirá que te compense.

                                                          AMOR...
              Tú has oído decir mucho. ―Dios es AMOR‖. El Amor es también invisible. Todos los aspectos de Dios son
            invisibles. Pero todos son Absolutamente reales. Vemos los efectos, y no los podemos negar. De modo que
            cuando alguien te diga: ―Soy ateo. No creo en Dios‖, le dirás: ―Mentira‖, porque esa persona ama a alguien. A
            su madre, a su hijo o a su perro. SIEMPRE se ama algo aunque no sea sino a su propia comodidad. Hay una
            preferencia. Hay una distinción entre el bien y el mal. Hay un reconocimiento de lo bueno. Luego, se cree en lo
            bueno. Luego, se cree en Dios aunque no se esté consciente de ello, porque Dios es el Bien, Dios es lo Bueno,
            Dios es Bueno. Jesús dijo: ―no me llaméis bueno. No hay sino uno solo Bueno... Dios‖. Dios está en todas
            partes. El Bien, lo bueno, está en todo.
              El  número clave de nuestro universo es el 7. Se compone de tres unidades negativas y cuatro  unidades
            positivas. Es lo mismo decir cuatro blancas y tres negras, cuatro buenas y tres malas, cuatro unidades de luz y
            tres de oscuridad. El hecho es que el Bien siempre es mayor que el Mal. El Positivo mayor que el Negativo. El
            Yo Superior mayor que el Yo inferior. ¡El Ángel, más poderoso que el Diablo! Y al bendecir el Bien contenido
            en las 7 unidades, se aumenta el Bien porque tú sabes que lo que uno bendice se engrandece. Es un poder
            que  tenemos  todos,  hasta  los  más  ignorantes.  BENDICIENDO  EL  BIEN  DESAPARECE  EL  CONTENIDO
            LLAMADO  ―MAL‖.  ESO  QUE  BENDICES  TE  MUESTRA  DE  INMEDIATO  SU  ASPECTO  BUENO.  HAS
            RECONOCIDO  LA  VERDAD,  HAS  ALABADO  A  DIOS,  Y  ESO  TE  LIBERA  DEL  MAL  QUE  TE  ESTÉ
            MOLESTANDO.  PRUÉBALO.  No  me  lo  creas  sin  comprobarlo.  Es  facilísimo  comprobarlo. Sólo tienes que
            decir:
            ―BENDIGO  EL  BIEN  EN  ESTA  SITUACIÓN  (O  CONDICIÓN)  Y  QUIERO  VERLO‖.  Te  asombrará  el
            resultado. Esto es amar el Bien. Es amar a Dios. Es amor.

            SI QUIERES IMPEDIR QUE ALGUIEN TE HAGA DAÑO, DI MENTALMENTE:

                                         “TE ENVUELVO EN MI CÍRCULO DE AMOR”.
              Lo verás cambiar al instante. Envuelve a tu casa en tu círculo de amor y a todos los que se acerquen a ella.
            Jamás te podrán robar ni dañar tu propiedad. A esas personas que están atormentadas porque el esposo (o la
            esposa) le está siendo ―infiel‖, o simplemente que se han enamorado de otro u otra, que digan, pensando en la
            rival, ―te envuelvo en mi círculo de amor‖. Que persistan hasta ver el cambio maravilloso que ocurre. NO ES
            INDISPENSABLE  SENTIR  ESE  AMOR.  BASTA  CON  LA  BUENA  VOLUNTAD  DE  EXPRESARLO.  Buena
            Voluntad es Amor. El Amor Divino jamás falla. Pero hay que comprender que el Amor Divino está dentro de
            nuestro  corazón.  No  se  puede  manipular  de  afuera  hacia  adentro.  Estando  la  Vida  dentro  del  latido  del
            corazón,  tienen  que  estar  todas  las  virtudes  de  Dios  y  como  esto  es  la  Verdad,  al  afirmarlo  comienza  a
            exteriorizarse.  Los  siete  aspectos  de  Dios  se  entremezclan  y  se  manifiestan,  o  bien  separadamente,  o
            conjuntamente, pero todos están unidos y están dentro de nosotros. Esto es el Yo Superior o El Cristo. La
            Verdad.  NO  ES  VERDAD,  PUES,  QUE  SEAMOS  ―MALOS‖.  ESTO  ES  SOLO  UNA  FALSA  CREENCIA,
            PERO  COMO  MANIFESTAMOS  TODO  LO  QUE  CREEMOS,  MANIFESTAMOS  ODIO  Y  MALDAD  AL
            CREERNOS  ―MALOS‖.  Comienza  a  decretar  que  eres  perfecto  o  perfecta  Hija  de  Dios,  con  todas  Sus
            Virtudes y comenzarás a manifestarlas donde antes manifestabas metiras.
              En el librito Nº2 de la Serie ―Metafísica al Alcance de todos‖, hay una oración-ejercicio del Maestro Emmet
            Fox,  para  desarrollar  el  Amor  Divino.  Es  simplemente  una  serie  de  afirmaciones  de  la  Verdad,  y  que  te
            transformará.
              San Pablo dijo: ―ERES TRANSFORMADO POR LA RENOVACIÓN DE TU MENTE‖. Esa renovación es lo
            que logran las declaraciones de la Verdad, las afirmaciones basadas en la Verdad Divina. Cuando te hayas
            transformado: que no conserves en ti rencor, ni odio, únicamente buena voluNtad hacia todo y hacia todos;
            que no sientas deseos de ver a nadie ―castigado‖. Que jamás pienses ―Bien hecho. Lo merece‖. Respecto a
            nada ni nadie, podrás curar con sólo pronunciar la palabra y en muchos casos con tu sola presencia. Esto no
            quiere  decir  que  aprobarás  un  acto  errado,  pero  al  niño  que  rompe  un  objeto  valioso  no  se  le  odia. Se  le
            enseña, se reprueba el acto, pero no el actor.
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