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Dignidad de la Mujer
Por: Angélica Josefina Marco de Lugo
Para describir la perspectiva de género, es necesario saber que no existe una manera
absoluta de estudiarla, lo que se busca esencialmente es la respuesta de los derechos de la mujer como
problema de una realidad social, para que puedan ser reconocidos y respetados por los Estados,
constatando así que estos derechos son inherentes, indivisibles e interdependientes de las personas
siendo consignatarios de la dignidad humana.Aunque las mujeres han logrado verdaderos avances, los
hechos nos recuerdan continuamente que todavía queda mucho por hacer para hacer realidad la igualdad
entre hombres y mujeres.Asimismo, es necesario mencionar que la concepción de la dignidad de la
Mujer sufrió un cambio importante a lo largo del desarrollo de la historia, ya que en la época de la
antigüedad esta era atribuida a las féminas de acuerdo a su estatus social, económico y político, y que
con el transcurrir de los años, sucedieron hechos trascendentales que hicieron cambiar este criterio,
produciendo un viraje importante en su concepción, por lo que actualmente es concebida como un
derecho universal para todos los seres humanos. El objetivo de la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres hizo un seguimiento de los avances en materia de matriculación escolar,
participación de las mujeres en el trabajo remunerado y el porcentaje de mujeres en el parlamento, y
atrajo la atención mundial al tiempo que estimuló la implementación de medidas diversas. Permitió
exigir la rendición de cuentas a los gobiernos, movilizar los recursos necesarios, fomentar la
promulgación de nuevas leyes, la ejecución de políticas y programas y la recopilación de datos. La
dignidad de la mujer en su recorrido histórico y con ello los derechos humanos han atravesado a lo largo
del tiempo distintas concepciones, desde la discriminación social con la atribución exclusiva a un
extracto de la población, hasta su pleno reconocimiento. Actualmente es universalmente aceptado que
los Derechos Humanos corresponden a todos y cada uno de los seres humanos, motivo por el cual las
mujeres y los hombres son iguales. Finalmente asevero sin duda alguna que la voluntad del Estado
forma parte fundamental y es el primer paso para garantizar el respeto de los Derechos Humanos de la
Mujer, y que nada se logra con normas perfectas sin voluntad ni instituciones independientes capaces de
avalar su respeto ni sancionar a quienes los vulneren.