Page 49 - LIBRO PALACE HOTEL MADRID
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  establecimiento un total de 107.590 viajeros, de entre los que destacaban los 13.125 registrados en noviembre de 1919 y los 14.117 de mayo de 1920. El resultado fue una facturación de 2.533.302 pe- setas en hospedaje y 2.452.430 en restauración, lo que prueba que la demanda de habitaciones iba pareja a la utilización del restaurante. No en vano, comenzaba a ser frecuente que las familias adine- radas madrileñas celebraran en el Palace el ban- quete de boda de sus hijos, por la comodidad que eso suponía frente a su celebración en el domicilio de los padres de la novia. No es extraño que, a me- dida que aumentaba la ocupación, se incrementa- ra la plantilla, que llegó a ser de 750 trabajadores.
LOS FELICES AÑOS VEINTE
Los felices años veinte cambiaron Europa y se dejaron notar en el Palace. Empezaron a celebrar- se así los famosos bailes de media tarde bajo el nombre del «The del Palace» que rivalizaría con los que se organizaban en el Ritz. Los asistentes, que entraban por la calle del Duque de Medinace- li, podían degustar por cinco pesetas un bufé con- sistente en sándwiches, tarta, pasteles, tostadas y té, chocolate o café, mientras, en torno a la pista de baile, se sentaban las madres que vigilaban
a sus hijas y, sobre todo, a sus parejas mientras bailaban. Joaquín Calvo Sotelo recordaría años después estas veladas en las que unos cuartetos interpretaban desde valses hasta música popular italiana pasando por piezas clásicas.
El nombramiento del teniente coronel Francisco Franco como jefe del Tercio de Voluntarios fue celebrado con un banquete en el Palace.
The naming of Lieutenant Colonel Francisco Franco as head of the Foreign Legion was celebrated with
a banquet at the Palace.
demonstrates that the demand for rooms went hand in hand with the use of the restaurant. It was not for nothing that Madrid’s wealthy fam- ilies began to celebrate their children’s wedding banquet at the Palace, given the convenience and comfort of staging such an event there rath- er than in the home of the parents of the bride. It comes as no surprise that as the hotel’s rate
of occupancy increased, the sta  also grew and reached 750 employees.
THE ROARING TWENTIES
The happy years of the 1920’s changed Europe and left their mark on the Palace. The famous, early evening dances were started there under the name The del Palace, which came to rival the ones organized by the Ritz. For  ve pesetas, the participants, who entered from the street Duque de Medinaceli, could enjoy a bu et of sandwich- es, pies, cakes, toasts, tea, chocolate and co ee, while around the dance  oor mothers sat to keep watch over their daughters and, above all, their husbands while they danced. Years later, Joaquín Calvo Sotelo would recall those evenings during which quartets played everything from waltzes to popular Italian music, as well as classical pieces.
The early beer hall, already known as La Brasse- rie, was located on the ground  oor, at the corner of San Jerónimo with the Plaza de Cánovas del Castillo. Beginning in 1923, this place at night would transform into the elegant Rector’s Club. The club saw the triumph, among others, of
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