Page 52 - LIBRO PALACE HOTEL MADRID
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Fue una época en la que, en el hotel, se celebra- ron todo tipo de actividades, desde veladas pugi- lísticas hasta combates de esgrima que congre- gaban en sus salones a la sociedad madrileña al igual que lo hacían las estas que se organizaban en días señalados como el martes de Carnaval —tanto para niños como para adultos—, Noche- buena y Nochevieja, día en que se celebraba un festival artístico, se tomaban las uvas al ritmo del batería de la orquesta y se celebraba un baile con cotillón y música en directo. Incluso, la dirección del hotel organizó algunas estas de caridad na- videñas en las que se daba de comer a los pobres del distrito de Congreso mientras algunos artis- tas actuaban gratuitamente para ellos.
El período comprendido entre 1920 y 1936 fue para el Palace una etapa de desarrollo. En Madrid seguían faltando hoteles de categoría. Tan sólo el Savoy, en el paseo del Prado, se había unido a los establecimientos que, a juicio de un europeo, po- dían ser catalogados como hoteles. El Palace era, por tanto, el punto de cita obligado para todos
los artistas e intelectuales que llegaban a Madrid. La proximidad del Ateneo hacía también que nu- merosos escritores pasaran la tarde en el Palace, donde los despachos para la escritura de cartas les permitían encontrar papel y pluma gratis, una calefacción de la que no disponía el edi cio de la calle del Prado y unos cuartos de baño donde ha- bía jabón, toallas y hasta colonia.
En 1925 se tomaría la determinación de realizar una primera reforma en la zona de La Brasserie. Se derribó el escenario central con que contaba
Year’s Eve. On this last, an artistic festival was held, the New Year’s Eve grapes were eaten at the pace of an orchestra drum beat and a dance was held with live music. The hotel’s management even organized some Christmas charity celebra- tions in which the poor of the Congreso district were fed while some artists performed free of charge for them.
The period from 1920 to 1936 was a time of devel- opment for the Palace. There was still a scarcity of top range hotels in Madrid. Only the Savoy,
on the Paseo del Prado, had joined the establish- ments that, in the judgment of a European, could be quali ed as being hotels. The Palace was, therefore, the obligatory meeting place for all of the artists and intellectuals arriving in Madrid. Its proximity to the Ateneo also meant many writers spent their evenings at the Palace, where desks for letter writing provided them with paper and pens for free, a service that the building on the Prado street did not o er, and some bath- rooms with soap, towels and even cologne.
In 1925, the zone of La Brasserie underwent its rst reformation. The hall’s central stage was torn down. The reformation was used to free up the rooms of the oor located on the level of the Plaza de Cánovas del Castillo and the resulting space was rented to the Citroën company, which in- stalled a large showroom there to display its cars. The construction work, directed by the architect Martín Domínguez, also a ected the rst oor, where some halls were created, more bathrooms