Page 75 - LIBRO PALACE HOTEL MADRID
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dinaceli: «El destino del Palace estaba marcado desde el principio por su emplazamiento».
A principios del siglo xx, Madrid carecía de alo- jamientos de alto nivel comparables a los que existían en otras capitales europeas como París y Londres. Y el hecho no se podía atribuir a la inco- municación de la capital, ya que desde 1883 existía una línea de Wagon-Lits entre París y Madrid, que permitía un acceso relativamente cómodo desde la ciudad más cosmopolita de Europa a la principal ciudad de la Península. Cuando el Ritz y el Palace abrieron sus puertas, en 1910 y 1912 respectiva- mente, Madrid estaba bien comunicada con París, pero carecía de grandes hoteles de máxima catego- ría. Los mejores eran el hotel París, de la Puerta del Sol, y otros situados en el mismo entorno urbano del centro, cuya calidad era relativamente modesta, y las cartas de los viajeros extranjeros que pasaban por Madrid en aquellos años estaban llenas de refe- rencias a la falta de instalaciones verdaderamente cómodas y lujosas acordes con la importancia de la corte de uno de los mayores estados europeos.
En países como Francia, Gran Bretaña, Suiza y Bélgica, los hoteles de lujo habían proliferado y
se vivía una edad de oro de la hostelería que se correspondía con la generalización del transporte ferroviario, la aparición de los coches-cama que mejoraban el confort en los desplazamientos lar- gos, y el desarrollo de nuevos conceptos hoteleros que nombres míticos como César Ritz habían aportado a la vida de la alta sociedad en el último tramo del siglo xix. Los Savoy, Ritz y Palace esta- ban entre los mejores hoteles urbanos, aunque las
enue. As the Duke of Medinaceli wrote: ‘The destiny of the Palace was marked from the be- ginning by its location.’
At the start of the 20th century, Madrid lacked lodgings of high quality comparable to those ex- isting in other European capitals such as Paris and London. And the fact could not be attrib- uted to the inaccessibility of the capital, given that since 1883, a Wagon-Lits train line existed between Paris and Madrid, which provided rela- tively comfortable access between Europe’s most cosmopolitan city and the Iberian Peninsula’s principal city. Until the Ritz and the Palace opened their doors, in 1910 and 1912 respectively, Madrid was well communicated with Paris, but lacked large, top quality hotels. The best were
the Hotel Paris at the Puerta del Sol, and others located in the same area of the city centre, whose quality was relatively modest, and the letters of foreign travellers who passed through Madrid
in those years were full of references to the lack of truly comfortable and luxurious accommoda- tions in line with the importance of the court of one of Europe’s largest nations.
In countries such as France, Great Britain, Swit- zerland and Belgium, luxury hotels proliferated and enjoyed a golden age as a result of the growth of railroad transportation, the appearance of sleeper-cars that improved the comfort of long distance travel, and the development of new hotel concepts by legendary gures such as Cesar Ritz in the last part of the 19th century. The Savoy, Ritz and Palace were among the nest urban hotels,
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