Page 23 - La pequeña voiture francesa en París
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Luc respiró profundamente y se apoyó contra Deuzy.
—Desde el agua siempre es una manera excelente de ver París —dijo—. Mira la Torre Eiffel. —El edificio se alzaba mucho más alto que cualquier girasol que Deuzy hubiera visto en la granja.
Río arriba, las gárgolas sobre la Catedral de Notre Dame sonreían a los niños que se trepaban a los carruseles desgastados por el tiempo en los Jardines de Luxemburgo.
Finalmente, Luc señaló con el dedo el Museo del Louvre, a su izquierda, mientras pasaban navegando a su lado. Los dos viajeros llegaron a los muelles de carga del Sena y regresaron a la florería a toda velocidad.
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