Page 1360 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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            9 a él. Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre lista la
           10 barca, a causa del gentío, para que no le oprimiesen. Porque
              había sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos
           11 tenían plagas caían sobre él. Y los espíritus inmundos, al ver-
              le, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres
           12 el Hijo de Dios. Mas él les reprendía mucho para que no le
           13 descubriesen. Después subió al monte, y llamó a sí a los que él
           14 quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen
           15 con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad
           16 para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: a Si-
           17 món, a quien puso por sobrenombre Pedro; a Jacobo hijo de
              Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boa-
           18 nerges, esto es, Hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé,
              Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananis-
        19, 20 ta, y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa. Y
              se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían
           21 comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para pren-
           22 derle; porque decían: Está fuera de sí. Pero los escribas que
              habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que
           23 por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y
              habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Sa-
           24 tanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra
           25 sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está
           26 dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Y
              si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede
           27 permanecer, sino que ha llegado su fin. Ninguno puede entrar
              en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes
           28 no le ata, y entonces podrá saquear su casa. De cierto os digo
              que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hom-
           29 bres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera
              que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón,
           30 sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho:
           31 Tiene espíritu inmundo. Vienen después sus hermanos y su
           32 madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente
              que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus her-
           33 manos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo:
           34 ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que
              estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis
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