Page 1381 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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1377                       Marcos                    13. 25–14. 9

          dor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están 25
          en los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del 26
          Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Y 27
          entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los
          cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo
          del cielo. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su 28
          rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está
          cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas 29
          cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, 30
          que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
          El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 31
          Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles 32
          que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad 33
          y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el 34
          hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus
          siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
          Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la 35
          casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o
          a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle 36
          durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.    37
            Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin 14
          levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas
          cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante 2
          la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo. Pero estan- 3
          do él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la
          mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de
          nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabas-
          tro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se 4
          enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este
          desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por 5
          más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y
          murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué 6
          la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los 7
          pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien;
          pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; 8
          porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
          De cierto os digo que dondequiera que se predique este evange- 9
          lio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho,
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