Page 1491 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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1487 Hechos 4. 33–5. 15
era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo pro-
pio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en
común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de 33
la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre
todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; 34
porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían,
y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los 35
apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. En- 36
tonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre
Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natu-
ral de Chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el 37
precio y lo puso a los pies de los apóstoles.
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, 5
vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también 2
su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los
apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu 3
corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del
precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y 4
vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu
corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír 5
Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor
sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo 6
envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso co- 7
mo de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo
que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendis- 8
teis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro 9
le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?
He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu
marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de 10
él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta;
y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. Y vino gran 11
temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas
cosas. Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas seña- 12
les y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el
pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a jun- 13
tarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. Y los 14
que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de
hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a 15