Page 1523 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
P. 1523

1519                       Hechos                   20. 30–21. 11

          no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán 30
          hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los
          discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, 31
          de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a
          cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la 32
          palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y
          daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni 33
          vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para 34
          lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo,
          estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, 35
          trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar
          las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es
          dar que recibir. Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de 36
          rodillas, y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de 37
          todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, doliéndose 38
          en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más
          su rostro. Y le acompañaron al barco.
            Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rum- 21
          bo directo a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara.
          Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, 2
          y zarpamos. Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, 3
          navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había
          de descargar allí. Y hallados los discípulos, nos quedamos allí 4
          siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese
          a Jerusalén. Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándo- 5
          nos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y
          puestos de rodillas en la playa, oramos. Y abrazándonos los 6
          unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus ca-
          sas. Y nosotros completamos la navegación, saliendo de Tiro 7
          y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos,
          nos quedamos con ellos un día. Al otro día, saliendo Pablo 8
          y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en
          casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos
          con él. Éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Y 9, 10
          permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea
          un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el 11
          cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice
          el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón
   1518   1519   1520   1521   1522   1523   1524   1525   1526   1527   1528