Page 1547 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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          doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del peca- 18
          do, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, 19
          por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad
          presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y
          a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros
          miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais es- 20
          clavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué 21
          fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergon-
          záis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis 22
          sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por
          vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Por- 23
          que la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es
          vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
            ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen 7
          la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que
          éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al 2
          marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda
          libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se 3
          uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido
          muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a
          otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, herma- 4
          nos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo,
          para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin
          de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos 5
          en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obra-
          ban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero 6
          ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella
          en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régi-
          men nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
          ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. 7
          Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco
          conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el 8
          pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí
          toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo 9
          sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el
          pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento 10
          que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el 11
          pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y
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