Page 1556 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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12. 20–14. 3               Romanos                        1552
           20 Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu
              enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de
              beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre
           21 su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien
              el mal.
          13     Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque
              no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
            2 Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la
              autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
            3 acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados
              no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
              ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás
            4 alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero
              si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues
              es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
            5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón
            6 del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por
              esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios
            7 que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo
              que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto;
            8 al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a
              nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama
            9 al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no
              matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás,
              y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:
           10 Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al
           11 prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto,
              conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño;
              porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que
           12 cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día.
              Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las
           13 armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no
              en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en
           14 contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no
              proveáis para los deseos de la carne.
          14     Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opi-
            2 niones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro,
            3 que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie
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