Page 1638 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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4. 9–5. 14 I Timoteo 1634
pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
9, 10 Palabra fiel es ésta, y digna de ser recibida por todos. que
por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque es-
peramos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los
11 hombres, mayormente de los que creen. Esto manda y ense-
12 ña. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de
los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la
14 enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado
mediante profecía con la imposición de las manos del presbi-
15 terio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que
16 tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de
ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto,
te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
5 No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a
2 los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a
madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.
3, 4 Honra a las viudas que en verdad lo son. Pero si alguna viu-
da tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos
para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; por-
5 que esto es lo bueno y agradable delante de Dios. Mas la que
en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios, y es
6 diligente en súplicas y oraciones noche y día. Pero la que se
7 entrega a los placeres, viviendo está muerta. Manda también
8 estas cosas, para que sean irreprensibles; porque si alguno no
provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
9 negado la fe, y es peor que un incrédulo. Sea puesta en la lista
sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa
10 de un solo marido, que tenga testimonio de buenas obras; si
ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado
los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha prac-
11 ticado toda buena obra. Pero viudas más jóvenes no admitas;
porque cuando, impulsadas por sus deseos, se rebelan contra
12 Cristo, quieren casarse, incurriendo así en condenación, por
13 haber quebrantado su primera fe. Y también aprenden a ser
ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino
también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debie-
14 ran. Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos,